miércoles, 21 de diciembre de 2016

21 de diciembre de 2016

21 de diciembre de 2016

Casi una semana me tardé en escribir el texto anterior, realicé algunas modificaciones a las conexiones entre cada texto y realmente la idea surgió a partir del texto anterior y que la canción la tenía dando vueltas en mi cabeza, en especial esa frase (que incluso tiene un contexto anterior y posterior), la cual tuve dando vueltas en la cabeza sabráse por qué. El proyecto me sigue gustando, ligar pequeños cuentos con una palabra me parece una estupenda idea para ir trabajando la memoria y la imaginación, razón por la cual realicé el anterior texto, del que la idea tras haber leído Musofobia de Jorge Harmodio, a quien pido perdón (quizá) por haber tomado prestada su idea (jejeje). La canción, así como la música en general de Radiohead, me pareció un poco triste y melancólica y tal vez anduve un poco con ese humor esos últimos días. Me agarró una gripa desmoralizadora. Literal. Tuve un bajón emocional muy fuerte. Por ello tardé tanto en lograr completar el escrito, no tenía nada de imaginación ni creatividad siendo historias relativamente cortas, además del hecho que decidí hacerlo en inglés debido a ser el idioma de la canción. Tal vez no logré lo que esperaba pero el resultado me dejó satisfecho. El año se está acabando y a pesar que esta semana en curso me está pareciendo muy duradera, la verdad es que el año se pasó como estrella fugaz y bien que lo he aprovechado haciendo todo lo que me gusta: viajar, leer, escribir. A pesar de todo lo sucedido en los aspectos del corazón tuve un año muy creativo y productivo. En cuestión de viajes logré conocer muchas ciudades y estados que ansiaba visitar, o no, en cuestión de los viajes improvisados; el mejor de todos y el más increíble fue el de Chihuahua a La Paz y a Guadalajara, el más improvisado y largo de todos, admirar la Sierra Tarahumara, el mar de Cortés, el límite de la península de California, la vida y calles de Guadalajara; pero cómo menospreciar el emotivo viaje a Michoacán a conocer la majestuosidad de la mítica viajera Mariposa Monarca; la bellísima ciudad de Puebla, con su colonial arquitectura, el ambiente fresco y de verbena de Cholula; además de los pequeños viajes a ciudades de Nuevo León que anteriormente no había tenido oportunidad de conocer su oferta cultural. En cuestión de lectura logré cumplir mi propósito de leer veinte libros al año, que según mis estadísticas anteriores continué con números rojos ya que he llegado a leer hasta 4,000 páginas en un año pero en menor cantidad de libros (gracias a los libros de G. R. R. Martin), este año fueron más libros pero con apenas el número de páginas superado la mitad del récord, el año que viene quisiera tener más calidad que cantidad, los libros de Los hijos de la Tierra tal vez ayuden, pero el hecho de haber leído múltiples autores que no había tenido oportunidad de leer me llenó mucho culturalmente, no me quejo a final de cuentas. En el lado creativo, la escritura fue una parte muy importante este año: para principios de año continué redactando la relación epistolar que llevaba con Miguel, la cual decidimos parar y quedó en el olvido (de él, tal vez), continué escribiendo poco acerca de él a medida que los meses avanzaban y estaba en una relación con Gustavo, cuando todo se fue por la borda y me enteré a quién le pertenece mi corazón comencé a escribir textos que terminaron convirtiéndose en “Mis cien días felices” y eventualmente este blog para practicar la escritura fluida y concisa; sigo escribiendo sobre Miguel y de verdad quisiera ver terminado el proyecto, si algo no se atraviesa en el camino. En cuestiones del corazón, mucho ha sucedido y todo en poco tiempo, mi vida sentimental se ha tornado muy intensa, tal vez tratando de equiparar todos los años en los que nada hubo que contar al respecto: Miguel lejos de mí y Gustavo cada vez más cerca nos obligó a alejarnos, o más bien, yo de él, lo que ocasionó lo que tanto arrepentimiento me genera últimamente; Gustavo, con quien recién iniciado el año comenzamos una relación, fue ganándose mi corazón como posteriormente mis dudas al presentarme su lado controlador y asfixiante tras yo haberme ido, fuimos novios, viví con él, me mandaron fuera, nos separamos un tiempo, regresamos, nos seguimos viendo hasta que finalmente todo inesperadamente colapsó, todo puede cambiar en un instante, lo sabía Miguel; Rulo es otro tema, es de esas cosas en la vida (y el destino) que llegan para ponerte un poco a prueba, él llegó para ver qué tan cierto era que estaba yo ya dedicado enteramente a Miguel, me ha estado enseñando que me dejo llevar por etapas y que realmente no sé lo que quiero, ha llegado para enseñarme que hay otras personas parecidas o mejores que Miguel incluso. Como sea, no lo conozco aún, no de la manera que a mí me gustaría, aparentemente sí ha estado muy enfocado en su trabajo, ya no está tan distante como hace días (que hasta me obligó a escribir algo al respecto), pero no confío aún en él, no quiero dejarme llevar por el momento, no quiero que se convierta en otro Gustavo como ya he mencionado antes, pero tampoco quiero negarme a conocer a alguien que probablemente pueda ayudarme a continuar mi vida, con una persona que me entienda más de una manera diferente y con la que pueda estar en completa paz y calma. El año casi termina y espero que el próximo traiga más sorpresas y aprendizaje que el actual, mi destino está escrito pero las decisiones las tomo yo, y ahora, gracias a lo transcurrido, puedo decir que estoy listo para cumplir mi más grande sueño. Queda registrado aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario