lunes, 30 de enero de 2017

30 de enero de 2017

30 de enero de 2017
Ya fin del primer mes y como leí por ahí: “lo bueno que ya falta un día menos para ese algún día”, ¿cuándo llegará ese algún día? no lo sé, ¿Qué ocurrirá en ese algún día?, tampoco lo sé, pero ya falta menos. El primer mes pasó muy rápido y ha estado lleno de mucho de lo que me gusta, y me encantaría que continúe de esa manera. Asimismo, está terminando un fin de semana de descanso del cual disfruté un poco de la compañía familiar y otro poco de los amigos. Anoche disfruté de un concierto en vivo de la primera película de Harry Potter junto con la orquesta original de la película. Estar en la sala con demás fanáticos, ver sus atuendos, accesorios y entusiasmo me ayudó a sentirme cómodo; más de quince años atrás, cuando se estrenó la película, tenía casi la misma edad que el protagonista y personaje, y tras haber visto tantas veces el largometraje, todos lo disfrutamos como si fuera la primera vez. La orquesta resultó un toque maravilloso, reímos todos juntos ante cada gracia, nos sorprendimos ante los momentos de suspenso y aplaudimos la introducción de cada personaje a la saga. No fue una proyección nada normal y durante los primeros minutos fue inevitable soltar algunas discretas lágrimas, de las cuales Alicia (a quien invite a acompañarme) de todas maneras se percató. No sé qué me sucede últimamente, cualquier evento que me genera nostalgia hace que mis lágrimas fluyan con tanta naturaleza, me hace pensar que tengo mucho sentimiento y tristeza retenidos que es tan sencillo hacerlos brotar; lo curioso es que muchas de esas situaciones suceden cuando estoy rodeado de gente y a pesar que quisiera sacar todo lo que traigo dentro, mi subconsciente me obliga a detenerme y termino frustrándome por querer liberar mis sentimientos pero a la vez tener miedo a expresarlos. Después del evento Alicia y yo fuimos a cenar y tras contar nuestras situaciones actuales le externé algo que llevo mucho tiempo pensando y que no había compartido con nadie, lo he llevado pensando desde que salía con Miguel y Francisco era una pieza importante del rompecabezas: “a veces envidio tanto a las demás parejas, mira a Ángela (hermana de Alicia), seguramente tendrá sus problemas con su novio, pero a pesar de todo son una pareja normal, muchas veces me he detenido a pensar en lo que me gustaría estar en sus zapatos”, su hermana Ángela recién le llamó por teléfono y había dicho que su novio, Gustavo, se quedaría a dormir en su casa. A veces suena tan infantil y utópico, pero muchas ocasiones me he detenido realmente a pensar en lo que me hubiera gustado vivir una relación normal, claro que con Gustavo tuve un pequeño ejemplo de ello y nunca me quejé al respecto, pero al final las cosas no se dieron cuando realmente seguía sintiendo mucho por Miguel. No me fui a dormir triste, pero sí pensando mucho en lo que Alicia también está viviendo y preguntándome un poco qué será de nosotros y qué necesitamos para seguir siempre adelante.
***

Ahora bien, tocaré un tema que he estado deseoso de hablar, esta vez escribiré un poco acerca de este blog, del cual estoy próximo a llegar a mi publicación número cien y a partir de entonces me hice la promesa de difundir más el blog, principalmente con mis amigos, a quienes quiero pedir su opinión al respecto. Hay ocasiones en que necesito un consejo y aunque muchas de esas ocasiones me gustaría permanecer en el anonimato, es decir, continuar escribiendo para mí mismo (ya que esto realmente no tiene ningún propósito editorial), de pronto me gustaría tener seguidores empedernidos que leyeran mis actualizaciones y ya sea que se pregunten por mí, o bien sepan que aunque triste me encuentro bueno de salud y recuperándome emocionalmente; por lo pronto sé que muy pocas personas saben que escribo en este medio, a Myrna le confesé hace poco que he estado escribiendo y publicando acá y me ha seguido paso a paso ya que puede ser un poco difícil y hasta tedioso leer muchas publicaciones y estar al tanto. En algún punto, casi al iniciar este proyecto mi (penosa) personalidad pretendió llamar la atención de Miguel y que supiera que de alguna forma he estado escribiendo para él en cada publicación (algo que remedié con el tiempo), y al parecer lo logré porque meses después de preguntarle directamente si alguna vez lo había leído me confirmó que era así, pero resaltando que en el pasado ocasionalmente lo hacía, no dejando ver que continuaba haciéndolo. Sin embargo, publicación tras publicación extrañamente aparecen visitas de usuarios de Europa y me pregunto constantemente si el conteo de visitas es cierto y por qué sospechosamente tengo siempre visitas de Irlanda, Estados unidos, en ocasiones Francia, y constantemente de Alemania; me pregunto igualmente quiénes son estos misteriosos usuarios, por qué me leen, si son los mismos si acaso y por qué no se identifican, me encantaría de sobre manera saber un poco de quienes me leen, por qué lo hacen y qué opinan al respecto; el único lugar del que pudieron estas personas haber obtenido en enlace a mi blog fue a través de mi cuenta de Goodreads, donde mantengo el enlace disponible para quien decida visitarme, pero sabiendo de antemano que casi nadie de mis conocidos cuenta con una cuenta de esas y estas personas son exclusivamente extranjeros desconocidos. Tengo muchísima curiosidad, sobre todas las cosas, de comprobar que mi persona especial es la que me sigue desde Alemania, y si es cierto que lo hace por qué cuando hablamos se hace el tonto y hace como si no supiera lo que me ocurre, creí que en el pasado éramos personas sinceras, que a pesar de los problemas sabíamos que le ocurría al otro y las preguntas eran sin tabúes, así como las respuestas. Quizá simplemente ello quedó en el pasado, la confianza que tuvimos se quebró poco a poco y el fino hielo que cubría el abismo terminó por colapsar, y yo sigo acá esperanzado porque los días pasados regresen y ese algún día suceda. Antes de dar a conocer mi blog, me gustaría enterarme si es cierto que Miguel lee mi blog, y si es así, por qué lo oculta o por qué no lo menciona, ¿será qué: miedo, pena, indiferencia, hastío? Sólo él puede responderme.

domingo, 29 de enero de 2017

29 de enero de 2017

Asesinato en el campo de golf y un fin de semana familiar

Nuevamente me tocó un fin de semana de descanso en Monterrey, toda la semana me pareció eterna porque quería que llegara ya el jueves por la noche para partir; el mismo jueves me pareció eterno hasta el último segundo ya que por cuestiones del destino decidí intentar con una nueva línea de autobuses, mismo que se tropezó con un accidente en la carretera que lo obligó a retrasarse una hora y media, me reí con locura tras este hecho, en cierta manera peligraba mi cita del día siguiente, pero no fue hasta que me subí al autobús que pude descansar de mis nervios y mis pensamientos e inmediatamente me dormí y desperté hasta llegar a Saltillo. Tras llegar la mañana del viernes inmediatamente mis planes comenzaron, ese día estaba planeado para por fin sacar mi pasaporte y dar comienzo a mis sueños, aproveché para ayudar a mi hermano con los suyos y lo invité a sacar conmigo el documento. La única desgracia es que el mío quedará listo días después de yo partir de la ciudad, por lo que será en la siguiente ocasión en que pueda disponer de él, como sea, no me urge del todo tener ya el documento, puedo y tendré que esperar. Después de ello el plan original era ir a comer mariscos con Hilda pero debido al clima tuvo que cancelar ya que otra de sus amigas optó por no acudir, ante esto nuestros planes cambiaron y decidimos vernos por la tarde. Como ella (y la mayoría de mis amigos) es un poco impuntual, me dio oportunidad de cambiar dos libros en la zona de lectura del metro de la ciudad, intercambié dos títulos de Agatha Christie, que ya había leído claro, por otros dos que medianamente llamaron mi atención y después ir a la calle de libros usados en el centro de Monterrey, donde, ante cualquier expectativa y con todo el regocijo del que soy capaz, encontré un libro que por mucho tiempo he estado buscando, mismo que me he negado a comprar a través de internet por sus altos costos de importación, estaba en la tercer librería (ya había comprado un título de los próximos libros que leeré de Christie) cuando inesperadamente vi en la mesa de los “libros más cotizados” el libro de En el tiempo de las mariposas; no contaré mucho al respecto de este libro y su trama por ahora pero sólo resaltaré que me fue muy difícil encontrarlo incluso en la FIL de Guadalajara, y por ahora es muy pronto contar de su contenido ya que mi reto o tengo ya fijado, primero intentaré leer lo más posible del catálogo de Christie y posteriormente continuaré con otro tipo de literatura. Al reunirme con Hilda en un café ella me entregó dos enciclopedias que había prometido darme concluyendo así una gran jornada literaria, con seis libros en mi mochila al regresar a casa. Durante la merienda platicamos de todo un poco, un tanto de su experiencia en su nueva casa viviendo sola como de mis relaciones con Gustavo y Miguel; algo curioso me ocurría estando con Hilda, y ciertamente cada vez que regreso a la ciudad: le confesé que tenía miedo de encontrarme a Gustavo, porque a pesar de saber que si nos llegásemos a encontrar él me va a ignorar y yo buscaría tener contacto con él, me aterra que ese momento suceda, porque han pasado ya los meses y realmente no he sabido mucho de la persona que alguna vez quise. Hilda me aconsejó y como acto del destino, un viejo amigo me mandó mensajes diciéndome que Gustavo lo había contactado, dejando claro que aún se encuentra aferrado a hallar el amor. De verdad espero que le vaya muy bien en su búsqueda. Con Hilda debatí mi duelo interno, si debo continuar desahogando mis penas en mi soledad ante mi temor de no dañar a nadie más sabiendo que me estaría engañando a mí mismo y a alguien más de nuevo o si una nueva relación sería un nuevo arranque y punto de partida para dejar el pasado atrás. Ella optó por la segunda opción, pero antes de ello debo liberar mis fantasmas, algo que la soledad en otro estado me está ayudando. No planeo, por lo pronto, cambiar mi situación sentimental ante todos los planes que tengo preparados, podrá sonar egoísta pero ya he decidido anteriormente que en este aislamiento seré completamente yo mi prioridad. No me está yendo tan mal después de todo. Tras la cita con Hilda le siguió Vero y Sebas, ya habíamos acordado reunirnos en Pabellón M y como siempre y con todos, la noche se volvió llena de risas y anécdotas. Reunirme con mis amigos tras muchas semanas sin verlos me libera de mis tensiones y una plática llena de risas siempre me reconforta y me ayuda a recordar (a mí mismo como a ellos) que nada cambia tras el paso de las semanas y los meses. El día siguiente estaba preparado para ser enteramente hogareño, y así lo fue, durante todo el día estuve encerrado en la casa y esta vez lo disfruté demasiado, me pasé gran parte del día ante la computadora, si puedo resumir mis actividades me deja pensando que realmente perdí demasiado tiempo y me acongoja ya que mi manera de pensar es que todo tiempo es valioso y debería aplicarse para algo valioso, pero ciertamente mi plan era aquello y no lo pienso más. Acomodé algunas fotografías, mi música y algunas cosas en casa. Pero lo más destacable es que pude terminar mi cuarto libro del año y también pude disfrutar de la serie homónima que tanto he buscado y pude encontrar en Youtube. El turno ahora es de Asesinato en el campo de golf, segundo título de la cronología Poirot y cuarto de mi biblioteca de libros leídos de Christie. De acuerdo a la reseña anterior del Caso Styles, este libro a mi parecer resultó más fresco y una mejor evolución en la redacción de Christie. Está la posibilidad que dentro de mi perspectiva el primer título me haya resultado de aquella manera debido a alguna falta mía o a mi insistencia de querer ser parte de la trama no logrando mucho, pero lo cierto es que Asesinato fue mejor digerible y pude adentrarme en la trama y comprender cada una de las situaciones de cada personaje. Los finales inesperados nuevamente tuvieron lugar, a pesar de creer resuelta la trama a mediación del libro hasta el capítulo final fue que se dio a conocer al verdadero asesino del caso, dejándome claro – tras cuatro libros leídos- cuál es la forma de trabajo oficial de Christie. No estoy descontento con ello, cada caso es diferente y hasta ahora el mejor título que he leído es curiosamente el primero que leí (El misterio en el Tren Azul), pero este me dejó claro que la evolución como redactora mejoró mucho del primero al segundo título publicados. Sin duda quedé contento y le doy sin duda cuatro estrellas de cinco, pensando qué me deparará mi libro número cinco del año y el número cien en toda mi historia literaria, según estadísticas de Goodreads, en el cual trato de llevar un buen control de todos los títulos que he leído desde que tengo memoria. La noche del sábado mismo me di el tiempo para ver el episodio del Caso Styles en Youtube, algo que agradezco se hayan tomado el tiempo de subir los capítulos de la serie que he ansiado tanto, Poirot; el Caso Styles me pareció muy fiel al libro, debido a que los libros de Christie se prestan a ello por no ser tan extensos y muy profundos, y tras comenzar a ver Asesinato me di cuenta que la serie también daría su toque de atracción al espectador así como haría ajustes necesarios para que sea comprendido al llevar la trama del libro a la pantalla ya que vi unas pequeñas diferencias del primero al último en este segundo capítulo. La noche de sábado culminó con la reunión familiar organizada por el cumpleaños de uno de mis tíos que viven en Estados unidos y de mi segunda mamá, que cumplió años el martes pasado. La noche fue nuevamente iluminada por las risas, los juegos de los pequeños y la nostalgia de mi abuelita y mi tío tras cantar Feliz cumpleaños, probé el champurrado y bailé un poco con mi abuelita, mi mamá y una que otra prima. Tuve que regresar temprano para traerme a mi mamá Mary debido a que su esposo la dejó ahí para ver el fútbol en casa y porque sencillamente ya no cabemos en el auto familiar. La noche tras regresar se llenó de una difícil decisión: si debía – o quería- ir al día siguiente a Chipinque a una sesión de exploración de aves. Decidí por la mañana, tras sonar la alarma, que no quería ir. Horas después tras despertar debidamente, me arrepentí de no haber acudido, pero pensé que de todas maneras me hubiera sentido incómodo ya que no me traje a Monterrey ninguna ropa cómoda o deportiva para ir a ese tipo de lugares. El día de hoy, domingo, debió estar dedicado a pasarla con Alicia, pero decidió ir a Alemán a celebrar un cumpleaños en familia, por lo que al parecer será hasta la noche que la vea para ir al concierto de Harry Potter, así que aproveché el tiempo para terminar esta redacción que comencé el día anterior y dar mi punto de vista del libro que terminé así como escribir parte de mis cien días felices y no dejar por mucho tiempo descuidado el blog, aunque por ahora nadie me lea.

martes, 24 de enero de 2017

Atazagorafobia

Atazagorafobia
Estaba bajo la almohada, pero a pesar de todo eran las 3 de la madrugada. No sé precisamente por qué he despertado, ningún ruido se escuchaba alrededor. Con mi desconcierto y mi mente aún en los sueños me percaté que extrañamente no había un solo sonido en el ambiente, usualmente la bomba del agua, alguna gota en el lavabo, alguna fiesta cercana de algún vecino o un crujido en el techo era común escucharlos durante la noche. No sabía si era debido a la hora pero un silencio tenebroso inundó mis oídos. Durante un microsegundo me di cuenta de ello, al momento siguiente descubrí mi rostro, retiré la almohada de mi cara, entorné mis ojos y no vi otra cosa que oscuridad, volví a cerrarlos, aún estaba cansado y los sentía todavía hinchados. Me dormí con miedo y lloré un poco. Antes de dormir vi sus fotografías, algunas donde ambos aparecíamos, felices, sonriendo, en un restaurante, bajo una cascada, en una pirámide, en la playa, otras donde sólo ella estaba, y qué hermosa estaba, su sonrisa me cautivaba y anoche que vi las fotografías recordé todas las sonrisas que me dedicaba, cuando se reía de mis tonterías o de algún chiste que le contaba. Quizá el miedo o alguna pesadilla me habían despertado, porque hace ya tres meses que ella no está conmigo. Estoy pasando por la peor de mis etapas: perdí mi trabajo y a pesar de encontrar uno no es lo que yo acostumbraba, choqué mi coche y además de enfrentar el hecho de tener que moverme en transporte público, actualmente me encuentro en procesos legales por haber dañado a una persona en el proceso, y además de eso, no hay día que no pase sin pensar en ella. El cabello largo hasta la cadera y negro como el carbón, los ojos como dos pozas de un color tan hermoso como el oro negro, profundos y vastos, sus delicadas y pequeñas manos, la bella sensación de sus labios contra los míos, su risa, su voz, el aroma de su perfume, la forma en que me abrazaba, la manera en que su mano se posaba sobre su mentón cuando me escuchaba atentamente, su sonrisa al voltear al cielo nocturno y localizar su estrella favorita. Su recuerdo es lo único que logra ayudarme a sobre llevar los oscuros días por los que paso. Son las cosas bellas acerca de ella las que en estos momentos me hacen sonreír; son breves estos momentos porque cuando me doy cuenta que ya no está conmigo mi depresión crece y cada vez caigo más en el hoyo negro en que me encuentro. ¿Qué estará haciendo ella en estos momentos?, ¿sabrá de mi situación y en algún momento ha pasado por su mente preguntarse también cómo me encuentro? A veces pienso que me ha olvidado, que tres meses son suficientes para olvidar a una persona tanto como permitir que se adentre más en uno mismo y me aterra, me ha dejado en desventaja, me ha olvidado y superado mientras a mí aún me tiene atado. Quizá ya encontró a alguien con quien compartir su vida, quizá me dejó por eso. He intentado inútilmente seguir sus pasos, cambió de trabajo, ahora vive en algún suburbio lejos de la ciudad, nadie ha sabido darme el paradero de ella, nadie quiere hacerlo, no creen conveniente que siga aferrándome a ella, nuestros amigos en común insisten en que continúe mi vida pero no me dan más explicaciones ni dónde se encuentra o cómo está. Algo me ocultan. Tal vez no quieren que me entere que me ha cambiado por otro, intuyen que no pueda sobre llevar el hecho, supongo. Pero quizá tengan razón, puede que lo mejor para mí sea que supere nuestra relación y continúe con mi vida, que muchos problemas tengo actualmente como para deprimirme más con la ausencia de ella que nada me servirá para conseguir los ánimos y salir adelante. El hecho es que no es nada sencillo, no puedo dejar de pensar en ella, en lo bueno, en cómo me dejó, no puedo dejar de incriminarla, juzgarla y cuestionarla en mi mente por haberme dejado. ¿Qué hice?, ¿la lastimé, herí?, por más que intento ver un motivo para haber hecho lo que hizo, no logro dar con él.

No pude dormir esa noche, la única solución que ideé para despejar mi mente y ayudarme a ganar un poco de sueño a través del cansancio fue salir a caminar. A las tres y media de la madrugada salí de mi departamento y caminé sin rumbo. No dejé de pensar en ella. Poco me importaba en esos momentos mis problemas económicos y legales, vivía en un trance, como si me encontrara en modo automático y me hayan succionado todos mis sentimientos. Las lágrimas estaban reservadas para ella, los porqué eran para preguntarme constantemente qué había sucedido entre nosotros y ante todo temía que ella me hubiera olvidado. No escuchaba realmente a nadie, si en sus palabras no incluían su nombre, poca importancia tenía para mí lo que dijeran. No podía sacarla de mi mente, y lo peor es que no quería. Caminé por horas, amaneció sin darme cuenta, no tenía idea dónde me encontraba, cuando mis ojos entornaron solamente vi una calle poco transitada, el sol llevaba horas iluminando y a juzgar por su posición debían ser las ocho de la mañana, estaba de pie en la acera de un parque, los edificios alrededor se observaban monótonos pero sin duda había llegado a una zona tranquila en un barrio de media clase. No supe donde me encontraba, jamás había estado en este lugar, debí estar muy concentrado en mis pensamientos que no me percaté que había salido de la ciudad. Percibí una banca bajo la sombra de un árbol a lo lejos. Me di cuenta de lo cansado que me encontraba y de lo frío que estaba mi cuerpo. Fui directo a sentarme, a tranquilizarme y a pensar en todo lo que había llegado a ver inconscientemente a mi alrededor, recordar de qué forma había llegado a este lugar y pensar cómo regresar. De nuevo me sumí en mis pensamientos, me desconecté del entorno que al principio no vi que alguien se acercaba. Se sentó a mi lado y solo entonces me llegó el olor de un perfume conocido, vi unas piernas a las que estaba acostumbrado a observar, levanté la mirada y su rostro ahí estaba, sus ojos negros, su cara afilada, el cabello negro ahora recortado hasta la altura de los hombros, los labios que tanto ansiaba. Tres meses habían pasado pero la seguía viendo como lo hacía en mi mente. Ya no imaginaria, ahora real y a mi lado sentada. Su mirada inquisitiva me observaba y al observar cada partícula de su piel y de su ser mi cuerpo no pudo hacer otra cosa que sonreír mientras dos finas lágrimas caían sobre mi mejilla. Mi destino.

domingo, 22 de enero de 2017

22 de enero de 2017

El misterioso caso de Styles y un día encerrado en casa
Este domingo resultó como ningún otro. Realmente no hice nada, pero ciertamente hice mucho. El día de ayer resultó provechoso, anduve con dos compañeros de trabajo en la Feria de León y mucha falta me hacía una salida como tal; yo tenía pila para andar toda la madrugada fuera, pero una de mis compañeras, que ya es propiamente una amiga, sufrió los rezagos de una dura semana laboral. Regresamos temprano a la ciudad y desde entonces todo pintaba que el domingo sería enteramente un día de descanso.
Para comenzar, como mi metabolismo siempre me impide lo contrario, desperté relativamente temprano, a las nueve de la mañana, aun así, no quería levantarme por lo que me permití descansar en cama una hora más. Mientras esto sucedía pensaba lo bueno que sería hacer hot cakes para desayunar, como no tenía algunos de los ingredientes (mismos que me he negado a comprar últimamente por problemas técnicos que tenemos por no contar temporalmente con refrigerador) me dirigí a la tienda de la colonia y posteriormente cociné y disfruté de un delicioso desayuno dominical. Después de ello subí a mi habitación y tras continuar la lectura un poco (ya casi estaba por terminarla) me dispuse a jugar un rato. He avanzado mucho últimamente en la trilogía para Nintedo Wii de Metroid Prime, la cual siempre llamó mi atención y el día de hoy de dediqué a casi terminar el segundo título; a pesar de gustarme el hecho de pasar un tiempo jugando, al par de horas ya me resulta tedioso seguir jugando, esto a que ya no me considero una persona sedentaria, como sea, trato de dedicarle tiempo a esta pasión por el juego. Después de ello, la hora de la comida llegó y como no tenía nada para preparar y tampoco ganas por cocinar, decidí ordenar una pizza que me servirá para llevar mañana en la hora de la comida. Mientras esperaba y mientras comía me dediqué a buscar en Netflix una película para disfrutar; no estaba realmente interesado por ningún título, pero traté de evitar comenzar a ver una serie ya que por el momento estoy enfrascado con Los caballeros del zodiaco y me he esforzado por apurarme en terminarla; al final opté por una película dentro de mi catálogo LGBT, a simple vista pintaba ser una película con poco que aportarme, una historia ridícula que pretendía ser comedia, pero como no me decidí por nada mejor le di una oportunidad; debo decir que la película no fue buena, pero tampoco tan mala, sí fue ridícula pero de todas maneras logró engancharme, terminé de comer y terminé de ver la película (no sin antes haber tenido un ligero accidente con mi cerveza derramada en la cama) y posteriormente me dediqué a terminar mi tercer libro del año, razón por la cual decidí escribir la nota del día de hoy. El misterioso caso de Styles en general es un buen título a mi gusto, pero lo calificaría así meramente por ser el primer título dentro de la cronología policiaca de la autora Agatha Christie. Debo confesar que aún no he logrado acostumbrar mi mente para sumergirme enteramente en el caso a resolver y ser “de ayuda” al detective Poirot en su meta por descubrir al asesino, por lo que fue complicado y confuso dar con el real asesino de este título. El caso no fue cautivador como el Tren Azul o La guía de ferrocarriles, realmente no logré congeniar con los personajes y no sentí compasión por la muerte del personaje asesinado, pero conociendo títulos cronológicamente posteriores de la autora y sabiendo que este es el primero de muchos juzgué esto un buen comienzo que con el tiempo la autora evolucionará. Algo curioso me sucedió con este título y espero sea debido al mismo hecho de ser el primero, pero en cierto punto de la narración, cuando el clímax de la revelación del asesino se acercaba, sentí lo que en varias notas biográficas me ha tocado leer acerca de la autora al hablar de su personaje más emblemático: una aversión hacia Poirot; sería su arrogancia, su falta de modestia que exclusivamente en este libro fue demasiado evidente (no recuerdo haber leído a un Poirot tan ególatra en los libros anteriormente mencionados) o su quisquillosa manera de hablar y ocultar información que confunde un poco al lector, o al menos a mí. Es cierto, y lo menciono porque encontré este hecho en más de un sitio de internet, Christie en algún punto de su carrera sintió una aversión hacia su personaje más característico que algunos lo comparaban con la aversión de Ian Flemming hacia su James Bond, seguramente fue en la época en que decidió matar a su personaje, pero debido a la alta demanda del público de seguir leyendo acerca del personaje, la autora tuvo que complacerlos y darle más Hércules Poirot por unos años más (este hecho llama mucho mi atención, me pregunto cómo debió ser esta presión social del público por querer leer más del personaje y cómo era transmitida a la autora). Me vi renuente a darle tres estrellas de calificación por ser el primer libro de Christie, por lo que le di cuatro esperando encontrar una evolución más significativa en el siguiente título, Asesinato en el campo de golf.
Algo un tanto ajeno a la trama del libro o al hecho de ser el primero, al terminarlo, como al término de cada título esto sucede, me encontré con un breve biografía de la autora, en la cual me bastó leer la segunda línea para terminar de cautivar mi día: resultó que comencé a leer el libro hace once días, el doce de enero, fecha que en la biografía indicaba fue la muerte de la autora, cuarenta y un años atrás. Algún día dedicaré una nota especial para este tipo de coincidencias que me regala la vida porque con personas especiales me han sucedido momentos maravillosos que tienen mucho que ver con esto, las coincidencias: leer un mismo libro al mismo tiempo, que dos personas me dediquen la misma canción, repentinamente comenzar a hablar al mismo tiempo y sobre un mismo tema. Esa clase de cosas me encantan y les doy mucho valor, porque no son actos planeados, simplemente suceden y tenerlos en cuenta me hacen valorar al acto y a la persona. Como sea, este no es momento para ahondar en el asunto, cuando sienta la inspiración necesaria hablaré de ello y espero pueda transmitir el sentimiento a quien lea el artículo.

En conclusión, a pesar de resultar un día al cual no estoy acostumbrado por el hecho de estar encerrado en casa casi todo el día, en realidad fue muy productivo porque incluso me dio tiempo de escribir una nota cuando no suelo hacerlo en domingo. El día de hoy hice casi todo lo que me gusta, sólo me faltaron dos pasiones: viajar y mi persona especial.

viernes, 20 de enero de 2017

20 de enero de 2017

20 de enero de 2017

Hoy, como si no, hablé con Miguel y personalmente ocurrió algo trascendental, imposible haber terminado de hablar con él e inmediatamente haber escrito mis impresiones. Por alguna extraña razón, y a consecuencia de las semanas pasadas en que la conversación decayó de una manera potencial, he comenzado a ver un cambio significativo en mis sentimientos hacia él. Sus acciones por fin están comenzando a matar mis sentimientos, como creo yo hice con los suyos hacia mí en pasados meses. Los días pasan y es imposible no pensar en él, pero cada vez voy liberando mis sentimientos y lo estoy dejando ser: si quiere ser indiferente conmigo estoy de acuerdo, me lo gané pero no pensaré ya más en ello; si quiere o no contarme de su vida, cualquiera de sus decisiones no quiero y no dejaré que me afecten; ya me cansé de desgastarme por alguien, continuamente me he preguntado cómo es que una persona decide el ánimo o el rumbo a tu vida, eso refleja mi ineptitud y sentir depresión por Miguel es inferiorizarme por depender tanto de él, una frase muy marcada me dejó Tokio Blues (y de la cual lamento no haber hecho mención cuando debí): “no te compadezcas de ti mismo, eso sólo lo hacen los mediocres”. Obviamente no estoy culpando de nada a Miguel, todo es cosa mía desde un tiempo para acá, él ahora que no mueve un dedo por mí (y no es recriminación) me ha hecho ver que no puedo depender de nadie para yo ser feliz. Todas estas cuestiones son parte de las consecuencias de madurar emocionalmente. Yo me he tardado un poco y a cada paso he ido dirigiendo la vela de mi nave, he madurado mis sentimientos y aunque sienta que siempre voy un paso detrás de él, cada uno tenemos nuestro tiempo para ir creciendo y eso es lo que me gusta, seguir y seguir yendo siempre hacia delante, sobre todo intelectualmente. Comprendo por qué en cierto punto de nuestra vida él decidió dejarme con libertad, pero aún no del todo, aún tengo mis dudas; lo cierto es que él me dejó en manos de otra persona sin reproches porque me amaba y porque yo no le pertenecía y ahora es mi turno de dejarlo en manos de otra persona, así me duela, así sufra y ponga mi mano en el corazón deseándole plena felicidad con otra persona, porque ahora me tocó comprender a mí que no somos de nadie, a mi pesar me tocó ahora ver que él no me pertenecía aún con todas las similitudes que un día poseímos. Este blog de cierta manera me está dejando ver la forma inestable que mis sentimientos funcionan, hoy puedo decir que he superado el despecho amoroso y que no me duele del todo verlo con alguien más, pero mañana puede ser otra situación, mi depresión amorosa puede regresar, tal vez todo dependa de qué cosas sucedan a mi alrededor, qué tan triste me sienta un día o qué tan ocupado me encuentre, porque si me encuentro muy desocupado tiendo a sobre pensar muchas cosas y es peligroso para mí, mi mente es mi virtud y a la vez mi condena, por ello es importante mantenerme siempre ocupado, por eso me gusta hacer muchas cosas y me gusta quejarme que nunca hay suficiente tiempo para hacerlas todas porque así mis pensamientos cambian de rumbo, en lugar de pensar en despechos pienso y me desespero por acabar los videojuegos que traje y me compré, en acabar los retos literarios que me prometí para saber los desenlaces y todos los diferentes finales, me encantaría tanto ver mi proyecto literario terminado y tal vez publicado aunque para ello me falte un largo camino y me encantaría aprender idiomas tan rápido como deseo, claro que para lograr todo ello necesito eliminar mi mayor estorbo o administrarlo de mejor manera. A pesar de estar en lo más hondo de mi ser, internamente hallarme en un abismo de oscuridad, cada vez veo mejor la salida, la luz al final del camino comienza a ser nítida y como siempre he sabido salir adelante, estoy seguro que pronto encontraré una salida porque no sé rendirme, cuando eso suceda no sólo lograré hacer todo lo que me gusta en la vida, con mis objetivos terminados de por medio, si no que seguiré obteniendo una mayor paz mental y lograré dominar mis miedos y habré eliminado mis fantasmas y mi pasado para siempre ir hacia delante, nunca hacia atrás.

lunes, 16 de enero de 2017

16 de enero de 2017

16 de enero de 2017

Recuerdo cómo tiempo atrás tuve una sensación parecida a la del día de hoy, harán casi seis o siete años, yo aún me encontraba estudiando y a la par estaba realizando mis prácticas profesionales en una constructora familiar, mi puesto era un leve inicio a la administración de obra, me dedicaba a generar cuantificaciones y croquis de avance de pequeños proyectos que la constructora tenía en su labor. Todas las mañanas entraba a trabajar a las nueve y media de la mañana, mi horario escolar era por las tardes, por lo que me permitía trabajar por las mañanas, conseguí ese puesto de becario tras algunas semanas después de haber tenido la iniciativa de aprender más en campo. La constructora en cuestión se encontraba en la colonia Vista hermosa en Monterrey, una colonia que marcó mi aprendizaje laboral por dos años. Meses después de tener la oportunidad de trabajar y sabiendo que en la colonia estaba habitada en su mayoría por pequeñas compañías y familias antiguas, comencé a poner especial atención a una señora mayor que todas las mañanas en mi camino hacia la oficina veía barrer afuera de su casa. La observaba cada día antes de llegar a la oficina sin falta, y el día que no llegaba verla me desilusionaba un poco, nunca le hablaba pero me gustaba verla y siempre esperaba tener el valor de decirle “buenos días”. Me encantaba la señora, tenía un aura de tranquilidad y verla barrer me llenaba de una alegría inexplicable, la imaginaba barriendo dentro de su casa, mojando el piso, regando las plantas mientras un bolero se escuchaba desde dentro. Algo en ella hacia que memorara uno de los mejores recuerdos de mi infancia al vivir con mi tía abuela, mi segunda mamá, la sensación de un domingo por la mañana, con las cortinas corridas y una iluminación provocada por el deslumbrante y cálido sol del amanecer, los espacios plenamente llenos de vida mientras mi mamá Mary limpiaba la casa al escuchar la radio del recuerdo con los mejores boleros del pasado y un dulce olor al desayuno hacía que me llenara de alegría al despertar. Tengo este recuerdo tan grabado en mi mente que esporádicamente, cuando voy a visitar a mi mamá a su casa, lo revivo y una sensación de calor crece dentro de mí de la mano de una alegría y nostalgia especial. Todos los días pasaba por aquélla casa y siempre me quedaba con las ganas de quedarme a platicar con ella, de hablar de su día, del clima, de plantas, de pajaritos, de lo que sea porque extrañamente esa señora me gustaba. Un día, tras verla de lejos barrer, pensé que ese sería el día, le diría “buenos días”. Al acercarme vi que estaba con un señor mayor pero no tanto como ella, debía tratarse de su hijo, como sea, yo iba dispuesto a cumplir mi objetivo, al llegar a la par de su casa, la saludé y le di los buenos días, ella me contestó de igual manera, volteó a verme y sonrió, dejó hacer por un momento lo suyo para responderme. Recuerdo que ese día sentí el mismo calor especial cuando me acuerdo de esa mañana de domingo en casa de mi mamá. Fui feliz. Jamás volví a saludarle, ya no volví a verla porque cambié de trabajo, pero a veces recuerdo ese momento y el sentimiento y con el mero pensamiento me pongo feliz. El día de hoy sucedió algo parecido. En general siento una especie de ternura por cualquier señora mayor de edad, podría decirse que son mi debilidad, sobre todo aquéllas que de alguna manera son o están desamparadas, las que se ven en las esquinas pidiendo limosna, las que andan por la calle esperando alguien que les brinde algo de comer, las que están en la banca del parque sentadas ya sea alimentando a las aves o simplemente viendo el horizonte o platicando, las que cargan a cuestas a sus hijos o nietos en un crucero, las discapacitadas, la señora mayor que atiende en la tienda de la esquina, la mayoría de ellas me recuerdan a mi mamá y a mis abuelas y crean en mi una nostalgia tan grande que me embarga una emoción y mis ojos se comienzan a inundar en lágrimas. Es difícil explicar detalladamente el sentimiento. En donde trabajo he estado observando continuamente a una señora de limpieza, una persona mayor, chaparrita, morenita, un poco arrugada pero a la vista, completa de sus facultades. La señora me recuerda mucho a aquella que por semanas deseaba yo saludar camino al trabajo. Con ella he empezado a tener la sensación de querer saludarla y platicar con ella, de lo que sea, estoy seguro que habrá muchísimas cosas que contarme, la veo y quisiera detenerme a decirle simplemente “hola”; en este caso hay algo curioso, casi siempre me la encuentro camino al área de trabajo y siempre es de frente, cuando ella viene limpiando yo voy de lado contrario y siempre nos vemos de frente, ella en todas esas ocasiones se me queda viendo, como esperando que yo diga algo. El día de hoy la vi de nuevo, estaba limpiando un área y yo me hice un poco a un lado al verla de lejos, no quería ofenderla ensuciando un área que ya había limpiado previamente, nuevamente se quedó mirando conforme ambos avanzábamos, me intimidé un poco tras su mirada y miré hacia otro lado, apenado, durante esa fracción de segundos, al yo voltear a verla de nuevo, noté que me había sonreído, por instinto le devolví la sonrisa pero ya era tarde, ya íbamos a la par y no había notado, tal vez, que yo también le había sonreído. El calor creció en mí, la felicidad, la ternura, la nostalgia me embargaron de nuevo y me recordó esas sensaciones que personas como ella provocan en mí, mis ojos se nublaron mientras seguía caminando, esa sonrisa me cautivó demasiado tanto como aquél “buenos días” que la señora de la Vista hermosa dijo para mí. No volví mi rostro a tras mientras rememoraba aquello pero sí me prometí que la próxima vez que la vea esta vez me detendré a saludarle.

domingo, 15 de enero de 2017

14 de enero de 2017


14 enero de 2017

Mi nombre es Jorge Granados, tengo 26 años, actualmente vivo en la ciudad de México, trabajo en una constructora de nivel nacional en la que tengo el cargo de la parte administrativa de la empresa en la cual llevo un año y medio y he estado estable, me han ofrecido incluso alguna oferta buscando ser parte de otra empresa, misma en la cual me encuentro en un proceso de selección. En mi vida personal me gusta leer, escribir, viajar (sobre todo realizar visitas cortas a pueblos mágicos del país), me encanta la astronomía y perder el resto del tiempo viendo alguna serie o jugando videojuegos. Llegar a casa después de un día de trabajo (el cual es pesado debido a ciertas responsabilidades otorgadas con mi cargo) es una parte sensacional ya que puedo dedicarle tiempo a las cosas que más adoro, las cuales mencioné ya. Tengo un novio, del cual hablaré realmente poco ya que este hecho no viene tanto al caso, sin embargo, últimamente hemos tenidos ciertos conflictos de pareja en los que su actitud no me parece del todo apropiada respecto a la persona que conocí algún día hace un año. Se molesta continuamente y eso conlleva a que ambos lo hagamos, tiene un carácter especial que en ciertas ocasiones lo obliga a no querer convivir conmigo o con mis amigos, tiende un poco a sufrir de celos y en ocasiones es un poco controlador. Me había comenzado a frustrar un poco y muy internamente en mi mente había estado considerando si era probable que a nuestra relación debería ponérsele una pausa o un alto. No lo había querido reconocer del todo pero había algo que se había roto en nosotros y donde antes veía virtudes ahora veía sólo defectos, había comenzado a notar lo diferentes que éramos. Esto es algo interno mío. No sé por qué, ciertamente, no había comentado con él todo ello, decirle que me habían comenzado a molestar ciertas acciones y actitudes suyas; la plática y la comunicación son la base de una relación, ya lo he experimentado anteriormente y es algo sumamente importante para que este tipo de problemas no se presenten o se minimicen. En medio de todo este embrollo apareció él. De la nada, sin tenerlo previsto o haberlo premeditado. Ya llevaba algún tiempo que comencé a seguirlo en Instagram, sinceramente no recuerdo cómo fue que sucedió, si yo lo seguí primero a él o él a mí, he tratado de recordar cómo fue pero no logro hacerlo; el caso es que un día lo vi en las sugerencias de amistad en Facebook y dije «¿por qué no?», así que lo agregué, horas después aceptó mi solicitud y decidí hablarle. «Hola, soy tu fan en Instagram», minutos después comenzamos a hablar, primero el nombre, nuestra ubicación actual, elogios por aquí, halagos por allá, quise saber de él luego de haber considerado que me gustaría hacerlo después de ver sus perfiles. Mi sorpresa fue mayor tras conocerlo a fondo: ambos éramos sumamente parecidos psicológicamente. Tras varias horas de conversación repartidas en un par de días tras haberlo agregado me percaté que en ciertos aspectos somos personas con pensamientos y una forma de ver la vida similares. De pronto, inconscientemente dejé de pensar en aquélla persona que veía cada fin de semana, con la cual últimamente he tenido algunos conflictos y comencé a pensar en aquélla persona detrás de la pantalla, a algunos kilómetros y horas de distancia de mí. Anteriormente he tenido esta conexión cósmica y astral, sé de lo que se trata y esta era la segunda ocasión que se presentaba en mi vida de aquélla manera intensa. De cierta forma podría decir que éramos dos desquiciados mentales que nos comprendíamos de una manera especial. ¿Por qué ahora?, ¿por qué en un momento de conflicto con una persona a la cual estoy ligada el destino me manda a alguien más, y me hace evaluarlos? Tras el paso de algunos días confirmé que empecé a sentir algo por él, mi novio comenzó a notarlo, cuando estaba con él en ciertos momentos realmente no lo estaba, me preguntó que me sucedía pero yo no podía responder. No lo comprendo del todo. A mí no me agrada estar en estas situaciones, la infidelidad no era algo que me gustaba y sin embargo sentía una especie de culpa por “engañar” a mi novio con el pensamiento, es cierto que con él he estado teniendo conflictos y yo emocionales, pero estoy seguro que hablando sobre el tema pueda llegar a solucionarse algo o ambos llegar a un acuerdo. Por otro lado, he comenzado a sentir algo, que lo piense a él constantemente me está diciendo algo, me hace pensar en todas las posibilidades y opciones, podría dejar a mi novio y arriesgarme y comenzar algo con él, podría hablar las cosas con mi novio y solucionar los problemas pero ello implicaría que no funcione y arruine las cosas con este muchacho, considerando también que al arriesgarme con este muchacho y que las cosas no son como esperaba pierda todo con lo que he trabajado sobre todo con mi novio. Después de pensar y pensar siempre llego a la misma conclusión: quiero conocerlo en persona. Así soy, a pesar de ser una persona que no se deja llevar por lo físico, él es una prueba de ello, lo siento, lo veo sincero, cierta parte me dice que podría estar engañándome de alguna manera y sólo estar tratando de impresionarme, revelando que tenemos tanto en común. No es un caso aislado, en muchos medios es sabido cómo personas son engañadas por personas que se conocen por internet, razón por la cual quiero que me diga todo ello en persona, quiero verle la cara al contarme sobre su vida y leer en su rostro la verdad, evidenciarlo. He estado hablando con él y cada día más me atrae pero he tratado de no revelar demasiado de mi vida profunda, de mi pasado, de mis precauciones, mis miedos, mis fantasmas. No puedo tomar ninguna decisión hasta no conocerlo, no creo que pueda ser demasiado pronto, la distancia nos separa aun así. Con el paso de los días extrañamente, a medida que me voy acercando a él, siento que mi novio parece notarlo y curiosamente está cambiando esas actitudes que consideraba inapropiadas o no de mi gusto, como si de pronto tuviera consciencia de ello, sin yo haber hablado abiertamente con él. Las cosas van bien, o progresando, realmente no habría un motivo real para justificar mi infidelidad, si llego a cometerla, que no lo haré, antes hablaría con él, tengo control para esas situaciones. Necesito conocer a este muchacho, ya es inevitable. Mis sentimientos están a punto de colapsar, mi mente da demasiadas vueltas y no puedo tomar una decisión definitiva hasta no verlo. Ha llegado un momento en que necesito hacerlo.

«¿Qué harías tú en mi lugar?»

viernes, 13 de enero de 2017

Caileé Arileé 1

A las doce del mediodía no había motivo para estar fuera de la cama. Caileé Arileé no tenía para nada intenciones de dejarla durante todo el día. Fuera llovía torrencialmente, bajo una presión provocada por las nubes bajas, la temperatura por debajo de los 10°C, el viento intensificaba la sensación térmica baja. Además y sobre todas las cosas, no quería. Los días anteriores fueron pesados en el instituto, lo que más deseaba era que esa semana terminara, el fin del invierno trajo consigo una de las peores tormentas invernales e hicieron más difícil sobre llevar tan dura semana académica. La chica estuvo al borde de la desesperación, el fin de sus estudios estaba convirtiéndose de lo más caótico para sus capacidades, pero había hecho una promesa a sí misma de terminar a toda costa la licenciatura, mucho esfuerzo hizo para llegar a este punto para tirar la toalla y rendirse. Exámenes, reportes, ensayos, trabajos prácticos, laboratorios y trabajo de medio tiempo poca oportunidad le dejaban para socializar. Aunque, la verdad, esto no era una prioridad en su vida. Siempre estuvo sola, sus padres la abandonaron en un lugar inhóspito casi al nacer, en la cumbre de una montaña en una mañana de invierno parecida a esa, no supo si realmente fue su madre, su padre o ambos quienes lo hicieron, no lo recuerda y nadie más vio este hecho. Su verdadera madre fue quien la encontró, la tomó en sus brazos y se preguntó que hacía ahí en una caja un bebé desprotegido de aquélla manera. No se veía nadie alrededor, la nieve estaba cubierta y no se veían huellas frescas. Desconocía si llevaba ya mucho tiempo la caja ahí o debido a la tormenta las huellas se borraron rápidamente. Intentó avistar alguna silueta alrededor pero cada segundo que pasaba el bebé seguramente sufría. Decidió llevarla al pueblo y si el niño pertenecía a alguna familia seguramente lo estarían buscando, mientras tanto lo mantendría a salvo y con vida. ¿Qué hacía ahí?, desconocía realmente porqué había tomado esa ruta, el sendero habitual por el que transitaba desde el pueblo de su madre al suyo propio lo dejó atrás y por alguna extraña razón, tal vez inconsciente, decidió tomar aquél sendero anexo conocido por tener una vegetación más abundante pero con más peligros al paso debido a su accidentado relieve, al pensar profundamente dónde se encontraba deseó que los padres del bebé no hubieran sufrido un accidente. Parecía cosa del destino haber transitado por ahí y casualmente encontrarse con aquélla caja. El norte del país se caracterizaba por ser de las regiones más frías durante esa época, los campos estaban cubiertos de nieve, los lagos en hielo, el viento propiciaba un ambiente incapaz de dejar respirar apropiadamente y de congelar el alma hasta los huesos, aun así, como su cuerpo se lo permitió, llevó al bebé sano y salvo a su hogar, donde inmediatamente encendió una hoguera y puso la caja con aquél recién nacido relativamente cerca del fuego para que comenzara a calentarse. Descubrió que el bebé era una niña y alarmantemente se percató que la bebé tenía un pulso muy leve, peor tenía miedo de acercar la caja al fuego debido a que tendría un cambio de temperatura muy radical que podría incluso ser peor que permanecer afuera. Sin saber qué hacer, hizo lo humanamente posible para mantenerla con vida.

jueves, 12 de enero de 2017

12 de enero de 2017

Tokio Blues

El día de ayer terminé el segundo libro en lo que va del año, a partir de aquí ya podré comenzar con mi propósito de año, que es leer la saga de Hércules Poirot de Agatha Christie. Este libro para mí tiene una mención honorífica, es el tercero que leo de Haruki Murakami y hasta ahora no me ha decepcionado. Los años de peregrinación del chico sin color continuaba siendo un hito para mí tras leer Hombres sin mujeres, pero ahora tras leer Norwegian Wood debo decir que si bien quedó a la par, puede que lo haya superado. Fue una lectura fresca y muy sencilla, algo a lo que estaba ya acostumbrado con Murakami. Realmente reí mucho con este libro, algo inusual que suceda en mí, muy poco libros han logrado esto en mí, con una sola mano puedo numerarlos, y todo fue gracias a los personajes Reiko y Midori. La sencillez de Reiko y su directa forma de expresarse soltaron algunas carcajadas en mí, pero fue Midori quien me hizo reír mucho, principalmente por el parecido que tiene el personaje con mi amiga Perla, a la cual no le da miedo decir lo que piensa aunque muchas veces sea incómodo el tema. Midori me recordó mucho a ella que junto a su sentido del humor hizo de la lectura algo muy relajador y muy fácil de digerir. En este sentido me acordé mucho también de mi amiga Eleonora, ahora residente europea de la ciudad de Madrid, ella es una persona a la cual aprecio mucho y tenía una característica muy particular de ser intensa en muchos de sus sentimientos, sobre todo al momento de leer, que es una de sus pasiones; en una ocasión, no recuerdo el libro que estaba leyendo, estaba tan enfrascada en la lectura con ese libro y le apasionó, le envolvió y le encantó tanto la trama que no quería que el libro terminara, así que lo dejo pendiente para irlo leyendo paulatinamente y así llegar a disfrutarlo momento a momento. A todos nos pareció muy curioso este hecho y tal vez no había comprendido del todo su forma de actuar hasta este momento que leí Tokio Blues. El libro me pareció tan bueno, tan hilarante en estos momentos que atravieso de soledad que me hizo una gran compañía a donde quiera que lo llevara la semana que lo estuve leyendo y no quería que terminara, quería que siguiera divirtiéndome por más tiempo. Debido a mi personalidad era injustificable no terminar el libro siendo tan bueno, la sensación de no tener a mi alcance el final de él seguramente me atraería estrés, por ello no hice lo que Eleonora, pero sí llegué a comprender lo que alguna vez sintió al no querer que el libro terminara. El libro en su contenido reflejó parte de mi vida sentimental, Naoko en mi vida es una alusión a Miguel, Midori podría referirse en cierto sentido a Gustavo o cualquier relación que en un futuro llegase a tener. «Yo soy de carne y hueso», Midori le repitió a Watanabe varias veces al final del libro al ver que este aún pensaba en “su chica”. Watanabe no debajaba de pensar en Naoko, aún después de lo sucedido la veía y comparaba constantemente con Midori, en su mente estaba muy profundamente ligada y este fue quizá uno de los conflictos que tuve casi al final de mi relación con Gustavo, aunque a diferencia de Watanabe yo podía controlar y bloquear mis pensamientos para con Miguel al estar con Gustavo, pero era cierto que la mayoría del tiempo ocupaba mi mente en pensar en Miguel, en todo lo que habíamos vivido y en lo que había yo hecho. A pesar de esa breve alegoría a mi vida, disfruté en demasía el libro, hubo algunas cosas que me gustaron para subrayar, algo que extrañaré al leer en Agatha Christie, no porque no contenga algo inédito digno de resaltar, pero tras haber leído dos títulos de ella creo que poco aporta sentimentalmente su narración. Algo que me pareció muy curioso de este libro es que a pesar de tratarse de una traducción directa del japonés, idioma en que originalmente está escrito el libro, hubo muchas palabras que conocí su significado ya que anteriormente no las había visto, me agradó mucho la idea de estar constantemente presionando la opción del diccionario, me pregunté si realmente estas palabras eran traducidas directamente del japonés o eran objeto del doblaje, como sea, fue muy gratificante. Como comentario final, y en referencia a la redacción en general del autor, hay una sola cosa que le resta puntos a su trabajo a mi parecer, y es que al leer sus novelas no me siento transportado a Japón y los escenarios que enlista, que son demasiados; su forma de escribir en este libro como en los demás incluso se me antoja impropia de la época (tratándose este de un libro escrito a finales de los 80), de pronto podría tratarse de una historia ambientada en Uruguay con nombres latinoamericanos y fácilmente sería confundible, el autor no suele describir del todo el entorno y tradiciones de su cultura salvo nombrar algunas ciudades y platillos típicos de cada zona. Estoy muy satisfecho con este libro y para tratarse del segundo libro ha sido una excelente decisión haberlo tomado. El libro es ampliamente recomendable y seguramente en el futuro leeré algo nuevo del autor, como la trilogía 1Q84.

miércoles, 11 de enero de 2017

26 33 6288273

26 33 6288273

36 86 26263237 33 6288273, 25 2522
33 2546366 35 24356 73 3626687222,
25 36636 33 86 767236 3686766
887 522467 73 223722226.

35 843686 64 86 68768556 787877222,
35 843676 3973282683 378222,
8636 372 22765882 22562.

88 767876 2 2232 7348636 73 2776946222,
64 6354552 88 6266 866222,
76777363436 35 2672966 725748222,
52 73774722466 248273222.

52 726473 767 35 283776 66 8726748222,
35 283776 63784676 83625222,
35 765 7626 2 7626 73 2766222,
52 589 88 767876 458646222.

8727 35 26682286 567 6468867 66 7272226,
35 73565 78 627242 727222,
46346486 35 843676 73 7833222
282636 35 4623 7656 286368222.

887 6567 25 7372727667 63 6472226,
862 7472 63784672 96 62858222,
52 34242 63 362274222

36 862 626262 33 6288273, 25 2522.

11 de enero de 2017

11 de enero de 2017

Yo estoy enamorado del Miguel de antes y sobre todo del Miguel que en mi mente creé, ahorita no sé qué sentir respecto a la persona con la que estoy tratando. No puedo juzgarlo y me da miedo hacerlo porque parte del Miguel que conocí negaba toda acusación y no aceptaba una ofensiva directa al menos de parte mía. No juzgarlo debidamente me deja muy confuso a mí porque no sé con qué verdaderas intenciones o qué naturaleza tiene ignorarme continuamente. No me estoy defendiendo, pero con juzgar no me refiero específicamente etiquetarlo o señalarlo, como Miguel peyorativamente lo toma; en el pasado lo he hecho, lo he juzgado y prejuzgado, pero todo debido al turbulento pasado que tuvimos y del cual es responsable. Yo lo juzgué pero con justificada razón. Ahora intento juzgarlo pero con ello me refiero a saber con qué fin me trata de la manera como lo hace; con ello tampoco quiero decir que me maltrate o haga un daño psicológico directo en mí, realmente el del problema soy yo en este caso y es debido a querer ser correspondido de una manera que anteriormente era o en algún momento ilusioné que fuera. Ese realmente es mi problema actual, el que he arrastrado desde hace años ya con Miguel, lo he idealizado, y tal vez demasiado, al punto de crear un fantasma de él en mí el cual es exactamente a la imagen y semejanza de esa persona que quiero que sea él. Sigo esperanzado que Miguel me corresponda de la manera que yo quiero para tener conciencia que de cierta forma lo tengo controlado y que sé que me atiende, ese es mi sentimiento actual. Constantemente, día a día, ilusiono al Miguel que me da los buenos días, que se preocupa de mí como lo hago yo con él cuando tengo el más leve síntoma de enfermedad, que me pregunte si ya tomé la medicina, si hace bonito día, que se interese realmente por lo que hago durante el día y no lo haga por mero compromiso como intuyo que hace. Me desespero porque quiero entenderlo, quiero que me diga claramente “ya no te quiero” y con eso me bastará porque aunque me duela en toda el alma es algo seguro con lo que ya sé que cuento, al decirle “buenas tardes” ya sé que lo hago porque quiero pero sin guardar ninguna esperanza que algún día me quiera, porque definitivamente la perderé, algo dentro de mí se va a romper y muy seguramente, si actualmente vivo con una depresión emocional esta se intensificará; pero si algo he vivido y experimentado ya es que sé siempre seguir adelante, me destrozaré por dentro y por fuera para renacer y volver a vivir, mis propósitos tal vez con mayor razón los llegue a realizar porque nada más que con ello me quedaré en la vida para seguir luchando. Todo es suposición, pero debido a que me conozco muy bien, sé que tiendo a estas acciones. Lo que es cierto es que actualmente vivo internamente una batalla interna, me pregunto constantemente si realmente estará tan ocupado como para no ver siquiera un mensaje mío por horas, por qué no le gusta ya debatir temas conmigo y a veces fríamente me da la razón o zanja el tema para ya no hablar más al respecto, continuamente me pregunto si con Francisco (sí, aún me pesa) es así como conmigo, cómo es realmente la relación que lleva con Tzen. Últimamente me he hecho a la idea que ya no hay futuro con nosotros y es muy probable que decida continuar con Tzen, en ciertos aspectos puede que él y Francisco sean parecidos, su más perceptible semejanza pienso que es su madurez, Francisco lo es y lo sé, en ciertos aspectos Miguel le quiere por este aspecto y aunque de Tzen no lo sé, lo percibo, siento que es una persona muy centrada y madura a pesar de ser todavía menor que yo, si a ello le sumo lo atractivo, que obviamente es un punto fuerte para los estándares de Miguel, que es asiático, habilidoso en la cama y además tiene un gran futuro por delante, quedo en un nivel muy obsoleto. Esto es bueno y malo. Ya revelé lo malo, me destruiré por dentro, me quebraré y tal vez caiga muy hondo. Lo bueno también, la destrucción me llevará a renacer, a pesar de quebrarme terminaré siendo alguien nuevo, relativamente, quizá permanezca siendo el mismo psicológicamente, pero seguramente terminaré con nuevos propósitos en la vida, un nuevo enfoque. En ciertos aspectos Gustavo y yo somos parecidos, somos impacientes, inmaduros quizá, pero nuestros sentimientos son sinceros, los sentimientos de Gustavo para conmigo son o fueron reales, sinceros y honestos, no había más que blanco o negro; mis sentimientos para con Miguel así son, no hay malas intenciones y realmente no gano nada con tenerlo a mi lado más que la oportunidad de brindarle todo el amor que por casi dos años he estado reteniendo. No hay manera directa de pedirle que me sea sincero, si mi teoría es correcta, me aborrece o le aborrecen estos temas que precisamente saco yo a relucir, es hablar del pasado con una persona que está en constante fijación por el futuro o bien, viviendo el presente, pero él por su cuenta no aclarará mis dudas porque así es él, dejar las puertas abiertas es su forma de ser, que yo me alejara de él lo eximió de cualquier culpa o responsabilidad, diferente fue cuando él fue responsable de todo el daño que ocasionó, en esa época él sí se preocupaba mucho y se acercaba a aquél a quien yo esperaba que fuera, pero en ese entonces tenía la guardia arriba porque podía llegar a atacar de nuevo, hoy, como no tiene la conciencia cargada poco le interesa realmente de mi vida, no hay culpa que lo obligue a preocuparse por mi. A veces me dan ganas de cortar nuevamente comunicación, pero mantendré mi palabra el tiempo que sea necesario, espero antes se revelen las cosas, porque yo di mi palabra de ello.

lunes, 9 de enero de 2017

09 de enero de 2017

09 de enero de 2017

El día de hoy solamente quiero reafirmar que amanecí de muy excelente humor (cosa que de todas maneras suele ser así; que esté en constante depresión no quiere decir que tenga que reflejarlo al exterior), tras haber descansado y hacer todo lo que me gusta en el fin de semana para así comenzar con mucha actitud el día y la semana. Dormí lo suficiente, me pasé cinco horas en la cocina para hacer mi comida de la semana, de la cual estoy orgulloso y muy satisfecho por los resultados, avancé mucho en la lectura de Tokio Blues de Murakami, mi segundo libro del año, jugué al Metroid durante varias horas desde el viernes y pude acudir al cine a ver Assasins creed, algo que quería hacer desde el comienzo de la semana (no específicamente ver Assasins Creed, sino ir al cine). A esto en especial hay un apartado que quisiera dedicar, un hecho que me sucedió el día de hoy y que posteriormente contaré. Después de haber despertado el día de hoy lo hice con cierto júbilo especialmente debido a la comida de esta semana, la cual estaba ya ansioso porque sucediera el momento y probar todo lo que hice. El frío que se sentía en el ambiente al salir, del cual ya me había prevenido, fue incluso algo que no minimizó mis altas expectativas sobre el día, es más, los 3° que marcaba el termómetro y la sensación térmica de 0° ni siquiera se sentían en el ambiente y nada tenía que ver con los abrigos extra que había llevado, el frío no llegaba a molestar. Hoy por cierto, me había arreglado bien para ir a trabajar, es en los lunes cuando me gusta ir más presentable, para aminorar así el triste comienzo de una nueva semana tras un fin de semana que siempre resulta insuficiente; hoy fue con especial esmero debido a lo bien que me sentía, planché mi camisa y me puse mis mejores pantalones, una sudadera encima, mi chaleco y bufanda para aguantar el frío y mis guantes para no sufrir. Durante el camino continué leyendo el libro y sorpresivamente reía cada una de las gracias que Midori realizaba, ante esto me sorprendí de lo especial que estaba resultando este libro, porque anteriormente me he puesto a pensar profundamente y aunque en muchos libros ha habido sucesos que me hacen reír o sonreír, pocos son con los que realmente me divierto y este libro lo he estado disfrutando mucho, sobre todo con los personajes Reikko y Midori que salen completamente de contexto ante cualquier dialogo que realicen. Reía en silencio camino al trabajo y al bajar y llegar a la caseta una sonrisa extraña surcaba por mi rostro. No es que no sonría en el trabajo, realmente río, bromeo y platico mucho, no lo paso mal, pero este día, excepcionalmente me sentía aún muy dichoso. Diana también se sentía así, entramos en actitud e incluso la calistenia fue de mucho provecho, nos ayudó a quitarnos el leve frío que sentíamos a esas horas de la mañana. El día comenzó a transcurrir rápido, a pesar de las problemáticas que han acogido a la obra últimamente, al parecer durante esta semana comenzaríamos con todo el ánimo así que los encargados comenzaron a dictar actividades a los diferentes frentes y todos fueron a sus puestos. Comí mi almuerzo y seguidamente fui al área de trabajo como todos los días, acompañado de Diana. Me agrada ir al sitio con ella, muchas veces me hace reír al punto de hacerme doler la espalda y en general me agrada mucho su compañía, a veces cerrada en ciertos aspectos, pero casi con la misma personalidad con la que cuento. Fuimos a donde se encontraba uno de los contratistas del proyecto, con el cual nos llevamos muy bien y para matar el tiempo, una cosa llevó a la otra y el contratista nos terminó psicoanalizando a través de nuestra forma de escribir y un árbol que nos hizo dibujar. Tras el análisis de la caligrafía resulté ser una persona con una autoestima alta pero un tanto insegura. La prueba del árbol consistía precisamente en dibujar uno, tras lo cual determinó que por la forma en que dibujé el suelo indica que soy muy consciente de mis orígenes pero no dependo de ello y no estoy muy ligado para mi crecimiento; el tronco, ni delgado ni grueso, indica tener una personalidad fuerte pero no excepcional; la forma de las ramificaciones del árbol me decían que soy una persona simple, sin complicaciones; el follaje determinó que soy una persona que gusta de muchas cosas en la vida pero de tantas cosas que quiero, poco sé administrar y tiendo al caos tras no terminar algunas de todas esas cosas, pero es un hecho que disfruto de tener un amplio catálogo al cual dedicarme; me sorprendió un poco cómo este análisis podía resultar al dibujar un árbol, me recordó un ejercicio parecido que me realizaron en el servicio social en el cual la forma de una cabaña en el bosque, las características de la cocina dentro de la cabaña, el material de una taza que se encontraba fuera al salir al patio y las propiedades de un cubo que se encontraba en el bosque determinaban igual ciertos aspectos de mi personalidad, así como un ejercicio que Briana alguna vez realizó a nosotros al pedirnos pensar en cuatro animales, no recuerdo exactamente cuál era la resolución pero algo tenía que ver con que el primero era en lo que tú te idealizabas, el segundo en cómo te veía la gente, el tercero cómo eres realmente y así sucesivamente. Del ejercicio de este contratista dudé al no tener fuentes base pero sí me sorprendió que en un 90% acertó al analizarme. Me vinieron a la mente rápidamente las actividades que había realizado el fin de semana y la leve frustración de tener poco tiempo y tener que administrarlo en leer, cocinar, jugar videojuegos y tener también suficiente tiempo para descansar. Como sea, estar ahí con él nos relajó un poco, con muchas risas incluidas, y nos dimos cuenta que casi era ya mediodía, así que decidimos regresar a la caseta. La hora de la comida llegó y por fin disfruté de mi manjar, dejando de lado las faltas de modestia, la comida me quedó muy rica. Mientras comía disfruté de una serie como cada día (el fin de semana acabé la memorable temporada de Black Mirror, de la cual quedé muy satisfecho). Después de ello el día no ha cambiado mucho, ha avanzado muy rápido y aunque han ocurrido algunos contratiempos, ya algo común en la obra, mi ánimo no ha decaído para nada. Me siento como no me he sentido en varios días o semanas y por ello quise remembrarlo en este texto, dejar una evidencia que no todo es tristeza, depresión, nostalgia e incertidumbre. Aún hay días que son capaces de recordarme por qué aún debo seguir luchando por lo que quiero, y que a pesar de lo que emocionalmente me sucede, no dejo ni dejaré de hacer lo que me gusta y que ello constantemente me da motivos para tener satisfacción y júbilo de mí mismo; risas y llantos todos los días habrá, pero con los que quiero quedarme es con todos esos buenos momentos por los que vale la pena vivir la vida.

07 de enero de 2017

07 de enero de 2017

Como escrito complementario al anterior, el día de hoy por la mañana recibí una reafirmación a mis pensamientos al respecto. Para esto voy a mencionar un poco de la otra cara que soy yo a través de estos escritos, me refiero específicamente a mi vida laboral; sólo mencionaré algo como dato informativo, no voy a ahondar en el asunto ya que del todo no compete para el tópico de este texto así como del blog mismo, salvo que en alguna ocasión sea necesario. Bien, dentro de nuestra jornada laboral y debido al proyecto en el que estoy involucrado todos los días recibimos una plática de seguridad para recalcar que este tema es algo serio tanto para la empresa para la que trabajamos como individualmente. Todos los días entre semana recibimos esta plática o reunión de parte de nuestros coordinadores de seguridad, en ellos también dedican unos minutos a dar un resumen de los avances del día anterior y de las actividades que se realizarán durante el día en curso; los fines de semana, sin embargo, lo recibimos conjuntamente con las demás empresas contratistas que nos encontramos dentro del proyecto para tener una reunión general, con puntos de revisión y áreas de oportunidad comunes que deben atenderse. Dicha plática incluye un apartado para calistenia y una reflexión a cargo de la empresa contratista que esa semana dirige la plática o reunión de seguridad. La reflexión del día de hoy incluyó un texto que supuestamente recitó Steve Jobs antes de morir. Dicha carta o texto ya he confirmado que es completamente falso o bien no se ha dictaminado que verdaderamente lo haya hecho el aludido. El tema del que hablaba en ese texto, que es lo que destaco en este escrito, es acerca del tiempo; en el texto, y en resumidas cuentas, Steve Jobs se arrepentía de cierta forma haber dedicado mucho tiempo su invento y a ser una persona millonaria y no haber dedicado el tiempo suficiente a su familia. Nuevamente me enfrenté a pensamientos sobre el que realmente estoy haciendo de mi vida y si realmente es lo que deseo, dentro de la reflexión destacaron el hecho que se va la vida sin haberla disfrutado del todo, frase que de alguna u otra manera me ha afectado últimamente y me ha dejado ensimismado ya que es un hecho que no quiero que me ocurra, diariamente me encuentro con frases del tipo «la vida no es acerca de quedarnos con las ganas», y constantemente me preocupo que en un futuro llegue a tener un resentimiento por cosas que durante mi juventud hubiese querido realizar pero simplemente “me quedé con las ganas”. Desde hace un tiempo que he tratado de evitar ello y gracias a que también no tengo un pensamiento materialista muchas veces he preferido viajar (que es una de las pasiones que me han apegado mucho en estos últimos tiempos) a arrepentirme y guardar unos centavos más en lugar de haber hecho aquello que quería. Hay quienes critican mi manera de ser, son las personas que saben que he llegado a estar en número rojos antes de recibir una paga quincenal, ellos dicen que debería ahorrar “por cualquier cosa” y de cierta manera les doy la razón, realmente hay metas que quiero realizar y para ello no es fácil lograrlas con el efectivo del día a día, para ello debo sacrificar ciertas cosas para poder ahorrar, pero el pensamiento llega más profundo y muy ambiguo en el sentido que a veces he preferido hacerlo todo en pequeño antes de saltar en grande. Ya he comentado al respecto, para poder realizar mis sueños antes necesitaba carácter y haberme encontrado a mí mismo. Ya que he conseguido ambos objetivos ya me siento preparado para hacer un salto en grande y ahora sí estoy listo para decir realmente que no quiero quedarme con las ganas de nada en mi vida.
Yo quisiera ahora ser parte de tu vida y tus experiencias,
pero lo he perdido todo...

06 de enero de 2017

06 de enero de 2017

Estamos expuestos a diferentes cambios en nuestra vida, la evolución es una constante  inminente a la que nos exponemos en las diferentes etapas que vivimos, lo esencial es adaptarse a las situaciones que el destino nos impone y a las decisiones que tomamos para llevar a cabo el cambio. La gente crece, evoluciona, cambia. Soy una persona que es muy renuente y a la vez con la constante necesidad del cambio para considerar que mi vida no es aburrida. A pesar de ser una persona que le va muy bien la rutina y sabe vivir de ella, al poco tiempo la ambición me corroe, el aburrimiento me fastidia y hacer siempre lo mismo muchas veces me crea mucho conflicto. En los aspectos sencillos de la vida es fácil aplicar el cambio: como cambiar de ruta de camino para evitar pasar siempre por el mismo lugar y así conocer nuevas zonas y variar la vista, cocinar para tener una cena diferente, pensar en conocer una nueva cultura, lugar para visitar o idioma y exclusivamente no hacer lo mismo que el día anterior. Son cambios pequeños en los que me resisto constantemente a vivir a base de nuevas experiencias y no entrar en la monotonía. Pero al cambio radical es donde encuentro un problema serio. Principalmente me sucede mucho ideológicamente, mi forma de pensar no es la misma que hace dos años por ejemplo, sin embargo un cambio radical en mi forma de ser no lo he tenido y creo que es muy complicado que esencialmente una persona cambie. Por más sucesos impactantes en la vida de una persona es muy difícil o muy raro que una persona cambie mucho psicológicamente. Este es un tema fuera de lo que quiero expresar. En medio de ambos extremos encuentro los cambios radicales de la forma de vida conservando aún la misma ideología o esencia personal y psicológica. En este aspecto considero que no soy la misma persona que lo fui hace tiempo, he sido siempre una persona más mental y espiritual, tratando de no ligar o no enfocar m vida a la vida material. Esto con el paso del tiempo lo he ido potencializando, me he vuelto una persona mucho más mental y menos materialista. Actualmente me encuentro en una etapa muy inestable en mi vida tanto emocionalmente como moralmente debido a que no sé específicamente qué es lo que quiero, o dicho (confusamente) de otro modo: sé exactamente lo que quiero y hacia dónde quiero enfocar mi vida pero las ataduras sociales, el no saber cómo empezar y, en cierto grado, la evaluación de lo que considero podría llegar a perder si dejo atrás mi actual modo de vida. He aquí el problema: mi vida, desde dos años atrás, la he enfocado a conocer el país y mi meta es cruzar las fronteras invisibles que dividen estas extensiones territoriales con el único propósito de vivir experiencias, conocer culturas, idiomas, aprender del distinto modo de vida de cada lugar que visito y adquirirlo como conocimiento y me sirva para constantemente ir evolucionando intelectualmente, todo esto fuera de una vida material y con las constantes ataduras sociales que existen alrededor del mundo, refiriéndome principalmente a que soy gay y aquí pueden existir las primeras barreras, las cuales hasta el momento no me he encontrado para seguir progresando. Hace poco me di cuenta de una cosa: ya no me gusta la idea de trabajar para alguien, específicamente hablando de una empresa; varias veces desde hace un tiempo me he quedado absorto en mis pensamientos, en el silencio de una oficina con el único sonido de varias computadoras operando, todos ensimismados en sus respectivas áreas, moviendo papeles, imprimiendo documentos, sacando copias, hablando por teléfono para solicitar una cotización, discutiendo un plan de trabajo, ¿y todo para qué?, o, mejor sea dicho, ¿y todo para quién? Estamos trabajando para que una empresa siga operando, que siga produciendo dinero para beneficiar a unos pocos mientras la mayoría somos explotados (en mi área esto es muy común) retirando de nosotros algo tan valioso como el tiempo mientras somos recompensados con bienes materiales que difícilmente (con sus obvias excepciones) nos darán la satisfacción y el placer de decir que “vivimos bien”, cuando los años hayan pasado. Esto es independiente de cada persona, en mi caso, esto sucede, valoro tanto mi tiempo que siento que no es lo suficientemente recompensado para decir que está muy bien invertido y dudo mucho que alguna cantidad exorbitante pueda cambiar este concepto. Después de leer historias como Momo, me di cuenta de estas cosas y de esta perspectiva de la vida: estoy malgastando mi vida trabajando para alguien, sin disfrutar realmente de lo que la vida nos regala constantemente. Trabajos como el mío ahora los veo como algo sin sentido, creados directamente del “progreso” industrial y tecnológico. Trabajos como la agricultura, la artesanía y enfocados principalmente al trato directo con la transformación benéfica con el entorno me tientan demasiado para enfocarme a ellos. Esto implica dejar atrás enteramente mi vida material, lejos de toda posesión y atadura social, olvidándome quizá de futuras comodidades como hacerme de una casa (explícitamente un lugar que puedo llegar a llamar como mío) o demás cosas materiales de ensueño como lo son una cocina a mi manera, mi tan soñado puente de cristal como conexión de un vestíbulo a una sala (culpa directa de mi vida como arquitecto), pero luego pienso más profundamente en aquello para lo que vinimos a este mundo como seres de energía, parte de un cosmos aún inexplicable, en el que poco importa de todo aquello con lo que te hagas en la vida ya que somos seres temporales, que viven sólo durante una época (nuestra vida misma como especie es así, durante todo el tiempo que el planeta y la vida lleva en existencia, nuestro lugar ocupa apenas una fracción de ese tiempo tornándolo casi miserable) y que nuestra tarea real es tratar de aprender de todo ese cosmos y convivir con nuestro entorno lo más sustentablemente posible para dar origen a más vida y continuar con ese ciclo. Eso he pensado últimamente, que mi meta de vida la quiero enfocar no a trabajar para alguien y para una causa inútil para el ciclo de vida del planeta (que de hecho lo está perjudicando más), sino a realmente ser parte esencial de la naturaleza y vivir de la mano con los demás seres de energía que pueblan la Tierra, plantas, animales, personas; ahora que se nos dio el don de la vida, aprovecharlo y evolucionarlo, vivir en el espacio temporal que se nos regaló para estar en armonía con lo que se quedará una vez que nuestro tiempo pase. Sin embargo, tengo miedo de dejar esa vida detrás, me da miedo que ahora realmente mi vida será enteramente solitaria haciendo lo que, por otro lado, me hará sentir realizado, intrapersonalmente.

lunes, 2 de enero de 2017

02 de enero de 2017

02 de enero de 2017
El misterio de la guía de ferrocarriles y un propósito de Año Nuevo

El día de ayer, gracias al dichoso tiempo libre que se obtiene en los traslados de un lugar a otro por medio de los autobuses, terminé mi primer libro del año. Quedé demasiado satisfecho tanto con mi progreso como con el relato que acababa de leer. Agatha Christie me pareció desde hace tiempo, incluso antes de tener el gusto de conocerla, una autora enigmática de la cual sólo conocía una parodia a su vida en un capítulo de Hey! Arnold; después de haber leído el primer título, El misterio del tren azul, el cual propuse para nuestro club de lectura, quedé fascinado con el género policiaco del cual poco había experimentado (tomando si acaso en cuenta la trama policiaca que se desenvuelve en la mayoría de los títulos de la saga de Harry Potter) y rápidamente me puse a investigar acerca de la autora. Después de haber leído curiosidades y detalles acerca del libro que había terminado me di cuenta que accidentalmente había ingresado de nuevo al mundo de las sagas, una de mis pasiones. Los relatos y novelas a cargo de Hércules Poirot, detective belga en constante retiro, ocupaban la mayoría de la narración de la autora. Debido a la época en la que ejerció y realizó sus novelas, estas fueron publicadas según la creatividad de la autora le permitía por lo que según su biografía podía encontrarse hasta tres o cuatro títulos publicados en un año (ya sea novelas, cuentos, recopilaciones, etc.) por lo que me dejó un poco maravillado de las grandes capacidades de la autora y de lo fascinante que debió haber sido conocerla en vida. Una vida así, en la época actual, se me antoja surrealista, dedicada enteramente a escribir, a agotar la imaginación y depositarla en las letras y después complacer al público con un nuevo título varias veces al año; sin embargo, es una vida con la que sueño. La redacción de Agatha Christie me pareció realmente sencilla y tras leer el primer título (y habiendo descubierto el amplio catálogo del que ahora tenía conocimiento) rápidamente pensé que con todo gusto la volvería a leer. Al venir a esta ciudad tenía que cargar con algunos títulos para leer mientras durara mi estadía, entre ellos traje conmigo dos títulos de los varios que años atrás llegué a comprar de la autoría de Agatha Christie, cuando comencé a interesarme por leer algo de ella. Debo reconocer que poco supe entonces de lo que había comprado y debo reconocer aún más que actualmente desconozco enteramente de los títulos que compré. Sin embargo, mi viaje de año nuevo se hizo inminente y para el trayecto debía ir preparado, de mi pequeña biblioteca que ocupa un pequeño lugar de mi clóset revolví un poco y tomé El misterio de la guía de ferrocarriles de Agatha Christie sin saber que nuevamente me encontraría con un caso a cargo del detective Hércules Poirot. La trama inmediatamente me atrajo gracias a la increíble habilidad de la autora de atraer al público con el suspenso creciente y cautivador. Rápidamente me encontré inmerso en la lectura, asesinato tras asesinato yo también quería ser parte de la pista y la resolución, buscaba cualquier palabra o hecho que a cualquiera pudiese escaparse y que la autora definitivamente había puesto ya ahí. Lamentablemente carezco un poco de esa intuición y capacidad para detectar ese tipo de cosas por lo que tras la mitad del libro me vi tan perdido en dar con el asesino como cualquiera de los personajes y el detective mismo. En el clímax del libro descubrí nuevamente que no todo es como parecía, como me sucedió en el anterior libro leído, debido a que, cuando todo indicaba que se había descubierto al asesino, la intuición del detective lograba develar que el asesino era otra persona diferente a la que se tenía pensada. Esta fórmula me gustó mucho de la autora que, tras haber leído dos títulos ya de ella, me dejan muchas ganas de leerla aún más y desarrollar esa capacidad de búsqueda de pistas, como alegóricamente alguna vez me sucedió tras jugar ¿Dónde está Wally? Los trayectos a través de Guanajuato y Querétaro me ayudaron a aventajar mucho la lectura e hicieron los traslados muy amenos y entretenidos. Acabé el libro estando ya en la ciudad y poco tiempo tuve después de eso para realizar mi tradicional búsqueda de curiosidades acerca del libro que he leído. No fue hasta el día de hoy por la mañana que me puse a ello y nuevamente me excitó la idea de haber leído un tomo más del gran catálogo que Agatha Christie escribió con Hércules Poirot como protagonista. Tras haberme (re)percatado de este hecho inmediatamente me puse a buscar todo acerca de Hércules Poirot y sus apariciones en las novelas de Christie, me encontré que el mismo aparece en 41 títulos de la autora y casi por defecto los descargué todos. A raíz de ello, el día lo comencé con un propósito nuevo, leer lo más que pudiera de Christie y Poirot, la adrenalina me dominó y, como comúnmente me sucede, me ganó la ansiedad de querer ya leerlos todos y adquirir en el menor tiempo posible todo ese conocimiento. Sumado a ello, y teniendo el conocimiento previo de que existe una serie de televisión con trece temporadas al aire acerca de Poirot, no dudé en buscar por todos los medios adquirirla, para así ver la adaptación después de haber leído el libro en cuestión. Comencé muy bien el año a mi parecer, un libro de la saga leído y un propósito premeditado. De comenzar el día con desgana por no haber dormido lo suficiente, el entusiasmo me despertó por completo y ha hecho mi día, hasta el momento, de lo más jubiloso posible gracias a que un nuevo reto y propósito dominan mi mente, ocupándola en algo enteramente productivo y que, sobre todas las cosas, me apasiona.