domingo, 29 de enero de 2017

29 de enero de 2017

Asesinato en el campo de golf y un fin de semana familiar

Nuevamente me tocó un fin de semana de descanso en Monterrey, toda la semana me pareció eterna porque quería que llegara ya el jueves por la noche para partir; el mismo jueves me pareció eterno hasta el último segundo ya que por cuestiones del destino decidí intentar con una nueva línea de autobuses, mismo que se tropezó con un accidente en la carretera que lo obligó a retrasarse una hora y media, me reí con locura tras este hecho, en cierta manera peligraba mi cita del día siguiente, pero no fue hasta que me subí al autobús que pude descansar de mis nervios y mis pensamientos e inmediatamente me dormí y desperté hasta llegar a Saltillo. Tras llegar la mañana del viernes inmediatamente mis planes comenzaron, ese día estaba planeado para por fin sacar mi pasaporte y dar comienzo a mis sueños, aproveché para ayudar a mi hermano con los suyos y lo invité a sacar conmigo el documento. La única desgracia es que el mío quedará listo días después de yo partir de la ciudad, por lo que será en la siguiente ocasión en que pueda disponer de él, como sea, no me urge del todo tener ya el documento, puedo y tendré que esperar. Después de ello el plan original era ir a comer mariscos con Hilda pero debido al clima tuvo que cancelar ya que otra de sus amigas optó por no acudir, ante esto nuestros planes cambiaron y decidimos vernos por la tarde. Como ella (y la mayoría de mis amigos) es un poco impuntual, me dio oportunidad de cambiar dos libros en la zona de lectura del metro de la ciudad, intercambié dos títulos de Agatha Christie, que ya había leído claro, por otros dos que medianamente llamaron mi atención y después ir a la calle de libros usados en el centro de Monterrey, donde, ante cualquier expectativa y con todo el regocijo del que soy capaz, encontré un libro que por mucho tiempo he estado buscando, mismo que me he negado a comprar a través de internet por sus altos costos de importación, estaba en la tercer librería (ya había comprado un título de los próximos libros que leeré de Christie) cuando inesperadamente vi en la mesa de los “libros más cotizados” el libro de En el tiempo de las mariposas; no contaré mucho al respecto de este libro y su trama por ahora pero sólo resaltaré que me fue muy difícil encontrarlo incluso en la FIL de Guadalajara, y por ahora es muy pronto contar de su contenido ya que mi reto o tengo ya fijado, primero intentaré leer lo más posible del catálogo de Christie y posteriormente continuaré con otro tipo de literatura. Al reunirme con Hilda en un café ella me entregó dos enciclopedias que había prometido darme concluyendo así una gran jornada literaria, con seis libros en mi mochila al regresar a casa. Durante la merienda platicamos de todo un poco, un tanto de su experiencia en su nueva casa viviendo sola como de mis relaciones con Gustavo y Miguel; algo curioso me ocurría estando con Hilda, y ciertamente cada vez que regreso a la ciudad: le confesé que tenía miedo de encontrarme a Gustavo, porque a pesar de saber que si nos llegásemos a encontrar él me va a ignorar y yo buscaría tener contacto con él, me aterra que ese momento suceda, porque han pasado ya los meses y realmente no he sabido mucho de la persona que alguna vez quise. Hilda me aconsejó y como acto del destino, un viejo amigo me mandó mensajes diciéndome que Gustavo lo había contactado, dejando claro que aún se encuentra aferrado a hallar el amor. De verdad espero que le vaya muy bien en su búsqueda. Con Hilda debatí mi duelo interno, si debo continuar desahogando mis penas en mi soledad ante mi temor de no dañar a nadie más sabiendo que me estaría engañando a mí mismo y a alguien más de nuevo o si una nueva relación sería un nuevo arranque y punto de partida para dejar el pasado atrás. Ella optó por la segunda opción, pero antes de ello debo liberar mis fantasmas, algo que la soledad en otro estado me está ayudando. No planeo, por lo pronto, cambiar mi situación sentimental ante todos los planes que tengo preparados, podrá sonar egoísta pero ya he decidido anteriormente que en este aislamiento seré completamente yo mi prioridad. No me está yendo tan mal después de todo. Tras la cita con Hilda le siguió Vero y Sebas, ya habíamos acordado reunirnos en Pabellón M y como siempre y con todos, la noche se volvió llena de risas y anécdotas. Reunirme con mis amigos tras muchas semanas sin verlos me libera de mis tensiones y una plática llena de risas siempre me reconforta y me ayuda a recordar (a mí mismo como a ellos) que nada cambia tras el paso de las semanas y los meses. El día siguiente estaba preparado para ser enteramente hogareño, y así lo fue, durante todo el día estuve encerrado en la casa y esta vez lo disfruté demasiado, me pasé gran parte del día ante la computadora, si puedo resumir mis actividades me deja pensando que realmente perdí demasiado tiempo y me acongoja ya que mi manera de pensar es que todo tiempo es valioso y debería aplicarse para algo valioso, pero ciertamente mi plan era aquello y no lo pienso más. Acomodé algunas fotografías, mi música y algunas cosas en casa. Pero lo más destacable es que pude terminar mi cuarto libro del año y también pude disfrutar de la serie homónima que tanto he buscado y pude encontrar en Youtube. El turno ahora es de Asesinato en el campo de golf, segundo título de la cronología Poirot y cuarto de mi biblioteca de libros leídos de Christie. De acuerdo a la reseña anterior del Caso Styles, este libro a mi parecer resultó más fresco y una mejor evolución en la redacción de Christie. Está la posibilidad que dentro de mi perspectiva el primer título me haya resultado de aquella manera debido a alguna falta mía o a mi insistencia de querer ser parte de la trama no logrando mucho, pero lo cierto es que Asesinato fue mejor digerible y pude adentrarme en la trama y comprender cada una de las situaciones de cada personaje. Los finales inesperados nuevamente tuvieron lugar, a pesar de creer resuelta la trama a mediación del libro hasta el capítulo final fue que se dio a conocer al verdadero asesino del caso, dejándome claro – tras cuatro libros leídos- cuál es la forma de trabajo oficial de Christie. No estoy descontento con ello, cada caso es diferente y hasta ahora el mejor título que he leído es curiosamente el primero que leí (El misterio en el Tren Azul), pero este me dejó claro que la evolución como redactora mejoró mucho del primero al segundo título publicados. Sin duda quedé contento y le doy sin duda cuatro estrellas de cinco, pensando qué me deparará mi libro número cinco del año y el número cien en toda mi historia literaria, según estadísticas de Goodreads, en el cual trato de llevar un buen control de todos los títulos que he leído desde que tengo memoria. La noche del sábado mismo me di el tiempo para ver el episodio del Caso Styles en Youtube, algo que agradezco se hayan tomado el tiempo de subir los capítulos de la serie que he ansiado tanto, Poirot; el Caso Styles me pareció muy fiel al libro, debido a que los libros de Christie se prestan a ello por no ser tan extensos y muy profundos, y tras comenzar a ver Asesinato me di cuenta que la serie también daría su toque de atracción al espectador así como haría ajustes necesarios para que sea comprendido al llevar la trama del libro a la pantalla ya que vi unas pequeñas diferencias del primero al último en este segundo capítulo. La noche de sábado culminó con la reunión familiar organizada por el cumpleaños de uno de mis tíos que viven en Estados unidos y de mi segunda mamá, que cumplió años el martes pasado. La noche fue nuevamente iluminada por las risas, los juegos de los pequeños y la nostalgia de mi abuelita y mi tío tras cantar Feliz cumpleaños, probé el champurrado y bailé un poco con mi abuelita, mi mamá y una que otra prima. Tuve que regresar temprano para traerme a mi mamá Mary debido a que su esposo la dejó ahí para ver el fútbol en casa y porque sencillamente ya no cabemos en el auto familiar. La noche tras regresar se llenó de una difícil decisión: si debía – o quería- ir al día siguiente a Chipinque a una sesión de exploración de aves. Decidí por la mañana, tras sonar la alarma, que no quería ir. Horas después tras despertar debidamente, me arrepentí de no haber acudido, pero pensé que de todas maneras me hubiera sentido incómodo ya que no me traje a Monterrey ninguna ropa cómoda o deportiva para ir a ese tipo de lugares. El día de hoy, domingo, debió estar dedicado a pasarla con Alicia, pero decidió ir a Alemán a celebrar un cumpleaños en familia, por lo que al parecer será hasta la noche que la vea para ir al concierto de Harry Potter, así que aproveché el tiempo para terminar esta redacción que comencé el día anterior y dar mi punto de vista del libro que terminé así como escribir parte de mis cien días felices y no dejar por mucho tiempo descuidado el blog, aunque por ahora nadie me lea.

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