viernes, 18 de noviembre de 2016

18 de noviembre de 2016

18 de noviembre de 2016

Bien dicen que nunca sabes lo que puede llegar a pasar. Que el futuro es muy incierto. Incluso ahora. Cuando yo pretendía dedicarme enteramente a Miguel, aunque no me correspondiera por ahora y me tratara con una gran indiferencia, seguir escribiendo sobre él y nuestra historia, seguir dedicándole poemas, atardeceres y pensamientos, contemplar la luna y acordarme de los bellos momentos a pesar de todo, seguir amándolo en secreto como estoy acostumbrado a hacerlo con él. Cuando me dispuse a continuar así en el resto de los días en que estará lejos de mí aparece alguien más. Por ahora no es algo de relevancia, pero está interesado en mí, como Gustavo lo estuvo al conocerme. Soy humano, soy débil y necesito de atención, de amor. Perdí a Gustavo por no saber manejar mi interior, a pesar de amarlo, amaba aún más a Miguel en lo profundo de mi corazón y eso me impedía amar como debía a Gustavo. Me engañé a mí mismo porque pretendí engañar a mi mente y corazón. Mi tendencia es caer nuevamente en esas redes. En términos generales no está del todo mal, a pesar de mis sentimientos hacia Miguel no me permitiría (y Miguel pretendía ello) negarme a conocer a alguien más. Pero a profundidad todos sabemos lo enamorado que estoy aún de Miguel a pesar de las circunstancias, y si entro nuevamente en una relación sería engañarme de nuevo. Al permitirme coquetear con alguien más me hace sentirme inmediatamente culpable por pretender repetir la historia de Gustavo. Engañarme y traicionar a alguien más, buscar a alguien con quien pasar el rato e intentar llenar el hueco que Miguel sigue dejando en mí, algo que sólo él puede complementar. Rulo no es para nada un mal candidato, hasta ahora ha conseguido interesarme en él, porque pocas personas han llenado intelectualmente el nivel en el que me gustaría que mi pareja ideal se encontrara, por supuesto Miguel superó mis expectativas, ve además la vida con mucho entusiasmo y muchas posibilidades, comprende parte de mis pensamientos ya que su mente trabaja parecido a la mía, tenemos muchos gustos en común y dentro de los cuales podrían explorarse muchos más, ambos dispuestos a saber y conocer más de la vida. Puede que lo esté juzgando tempranamente, dado que al momento de esta redacción no tengo aún el gusto de conocerlo en persona. La conexión intelectual es muy importante para mí, pero la física también tiene su relevancia y la química tiene que darse para yo pensar que las cosas más allá de una amistad puedan darse. No soy el único, él también ya ve esa posibilidad, la externó primero hacia mí, casi al mismo tiempo de yo considerarlo en mis pensamientos. Una relación entre nosotros nos ayudaría a explorar aún más el estar con alguien que comparte tu forma de vida y al mismo tiempo ve la misma de una forma positiva y hacia adelante, así como comprende la mente del otro inicialmente de forma general. El problema entre nosotros, una particularidad constante en mis anteriores relaciones, es la distancia. Nos encontramos en distintas ciudades, a varias horas de distancia entre nosotros lo cual ha ocasionado que no nos conozcamos en persona aún. Con Miguel todavía en mi mente y con ese factor que ha sido un indicador potencial del mal funcionamiento en una relación en mi vida no intentaría algo por el momento con él. Mis proyectos personales los tengo ya conceptualizados y estoy enfocado en ellos, al menos no quisiera iniciar algo hasta saber que estoy haciendo algo por mí mismo, entender por completo que Miguel no es la solución a mi vida, que si está conmigo no signifique que soy pleno y lo puedo todo, que sin él también puedo continuar con mi vida y hacer todo lo que quisiera y después compartirlo con alguien más, tal vez no Miguel porque necesito hacerme a la idea que es muy probable que ya no vuelva conmigo. Hasta entonces debería considerar la posibilidad de pensar en Rulo como una posible pareja, pero este no es ese momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario