martes, 14 de marzo de 2017

AVISO IMPORTANTE

A través de esta entrada haré un anunciado importante: 

Posiblemente esta sea la última entrada de este blog, estoy afinando detalles trascendentales en uno nuevo, que básicamente tendrá el mismo contenido que este blog pero ahora en un formato un tanto más profesional. 
Este blog lo mudaré a una página de blog propio, ya tengo un dominio propio debido a que pago una humilde cantidad mensual por ello y la interfaz, aunque continúa y continuará en evolución, es mucho mejor que el servidor de Blogger. Como sea le agradezco mucho a este servidor porque fue el que meses atrás vio nacer Mis cien días felices, que claro, continuará abierto por futuras revisiones.

Sin más por el momento, me permito presentar en este blog el nacimiento de mi blog más profesional:

MIS CIEN DÍAS FELICES

domingo, 12 de marzo de 2017

Los Cuatro Grandes - Ágatha Christie

12 de marzo de 2017
Los Cuatro Grandes

Esta vez haré una entrada exclusiva a una reseña de un libro por dos razones: hace tiempo que no le dedicaba una entrada plenamente a una reseña, agregándole parte de mis vivencias y porque esta vez me he encontrado con una joya de libro, entre los mejores que he leído de la saga Poirot hasta el momento. Estoy hablando exclusivamente de Los Cuatro Grandes, y es que esta vez Christie se fue a lo grande, dándole un nuevo sentido a su narrativa, con un caso de proporciones colosales; y aunque la trama tiene demasiadas áreas de oportunidad, fue un gran apunte a la autora al incursionar en casos públicos y mundiales y no solamente privados. Con Christie hasta el momento estuve acostumbrado a misterios en residencias, casonas, mansiones, villas y trenes incluso, pero después de leer este título me di cuenta de lo privados y aislados que eran, a alguien como Hércules Poirot había que encomendarle una misión de carácter mundial para hacer probar sus células grises, y es ahí donde Los Cuatro Grandes se ponen en su camino, una banda criminal compuesta por un chino, un norteamericano, una francesa y un inglés, cada uno nombrado del Número uno al Número cuatro respectivamente. La trama no sólo se ambienta en un país, el protagonista se enfrenta ahora a una asociación criminal que tiene planes siniestros para con el mundo entero y desde el primero al último capítulo todo pareciera una excelente adaptación de una película de acción (o al menos eso me pareciera) al estilo de James Bond o Sherlock Holmes. Me encontré con la historia más surrealista de Christie hasta el momento, quizá por eso me llamó tanto la atención desde el inicio, las situaciones exageraron de rebuscadas y con cierta falta de coherencia, y tal vez eso fuese debido a que toda la narración se dio muy deprisa, tratándose de un libro de poco más de 200 páginas. En ese aspecto, la autora pudo haber dado más, no tenía solamente un asesino a la caza, sino cuatro de ellos, que además eran de las mentes y recursos más grandes de la época. El contenido me excitó demasiado, no quería soltar el libro y seguir descubriendo a cada uno de los Cuatro, pero el final me pareció un poco burdo, tanto que habiéndolo terminado, deseé que no fuera la última vez que haya leído acerca de los Cuatro grandes, logrando en futuros títulos, quizás, reencarnaciones de los criminales y nuevos enfrentamientos contra Poirot haciéndole nuevamente la vida imposible, como si se trataran del némesis que todo personaje reconocido tiene. Este libro fue igualmente un logro para mí, aunque el objetivo real era descubrir quién era cada uno de los Cuatro grandes y cuál era su objetivo (que fueron develados a mitad del libro), el contenido tenía muchos acertijos menores que iban resolviéndose a cada tanto y de los cuáles algunos me apunté como victoriosos; [spoilers del contenido del libro] quedé enorgullecido en dos ocasiones especialmente, cuando Poirot fingió tener un hermano gemelo (algo que seguramente tenía en mente explotar la autora desde el título anterior cuando hizo mención de ello) y cuando curiosamente llegué a pensar que quizás en un futuro la autora utilizara la muerte ficticia del protagonista como recurso para engañar al enemigo, este título lo ameritaba y para mi regocijo, lo utilizó [fin de los spoilers del contenido del libro]. Como anteriormente comenté, la trama y situaciones del libro fueron muy deprisa, pudo haber sido explotado y explorado mejor, pero gracias a ello se convirtió en un libro demasiado fácil de leer y ligero, con una nueva área de oportunidad para la autora, que le resultó muy buena. Quedé satisfecho con el libro y le doy cinco de cinco estrellas.

viernes, 10 de marzo de 2017

07 de marzo de 2017

07 de marzo de 2017
El asesinato de Roger Ackroyd y un fin de semana de fiesta
Podrá parecer un poco exagerado hablar del asunto en este momento para mí, pero durante el fin de semana fue excepcional. Conocí a Ismael, una persona relevante para mí no de forma general, pero algo de él llamó mi atención al tratar con él. Todo comenzó el sábado, después de escribir la anterior nota y desahogarme de mis pensamientos, me sentía fatal y necesitaba hablar con alguien. Ya tenía agendado reunirme el domingo con Abraham, un amigo que vive cerca de mí actualmente, ya iban dos ocasiones que por alguna razón le cancelaba los planes que tuviéramos, ya no podía quedarle mal. Sin embargo, después de mi inestabilidad emocional en la que no acepté probar bocado, le llamé para solicitarle vernos ese mismo día, le expliqué mi estado y que realmente necesitaba hablar con alguien en persona, no se negó y tracé mi plan para ese día: tomar un bus por la tarde y llegar después de sus planes de salir al cine con un amigo suyo. Mientras tanto, yo hablaba con Miguel, y tras mi renuencia a contarle mi situación, la verdad es que soy débil ante él y estaba muy sensible ante cualquier decisión, le conté que me encontraba mal y le dije detalladamente lo que me ocurría, al final me reconfortó un poco haber hablado con él, pero me quedé con un pequeño mal sabor de boca porque mi intención al comenzar a explicarle mi situación era hablar con él y escuchar su voz. Estoy seguro que con sólo escuchar su voz hubiera sido suficiente antídoto para calmarme y pensar dos veces las cosas, pero en fin, tuvo que ser de una manera diferente y el resultado fue muy bueno, ya no necesitaba del apoyo de Abraham aunque sí quería verlo y se lo debía, no podía cancelarle. Me dirigí a verlo, llegué temprano y tuve que esperarlo hasta que estuviera disponible. Fue buena idea haber pedido ayuda a Miguel, si hubiera esperado a Abraham acabaría frustrado por no poder desahogarme puesto que su amigo nos acompañó después de ellos desocuparse; y creo que, salvo la primera ocasión en que nos vimos (que igualmente estábamos acompañados por Diana en algunas partes de la visita), no he vuelto a verlo a solas, siempre está acompañado por sus hermanos o algún amigo y eso en lo más profundo de mi ser me disgusta mucho porque la verdad me siento incómodo convivir habiendo otras personas, no les tengo la suficiente confianza como a él, y eso que no es una completa confianza como con cualquiera de mis amigos. Me abstuve de comentar profundamente mi sentir, sí le confesé ciertos pesares pero ya me sentía mejor, no era necesario confesar de más. Nos acompañó su amigo Ángel y después de cenar y pasear un rato Ángel nos invitó al centro a pasarla bien en un bar con su novio. Ahí conocí a Ismael. En entradas anteriores escribí sobre mi alter ego homosexual, con el que vivo interiormente y quisiera a veces exteriorizar, Ismael es la viva imagen (no literal) de mi alter ego, su feminidad, sus amaneraciones, sus expresiones, el estilo y la personalidad. El tipo, fuera de esa característica, no me resultó de lo más interesante; lo más excepcional en él es que esa noche nos mostró fotografías de él vestido de mujer, en ese aspecto nunca figuré a mi alter ego, nunca lo vi vestido de mujer, pero tampoco es algo tan insólito. Esa noche la pasé sensacional, después de ir a un bar medianamente divertido nos pasamos a otro que me recordaron a antros que se encuentran en Monterrey y la ciudad de México, ahí bailamos mucho, tanto que días después aún me seguían doliendo las caderas y pies. Abraham y yo y Ángel e Ismael; Ángel bailó con todos nosotros, a mí me mareó bailar con él porque es muy bueno dando vueltas y dirigiendo a la pareja, me impresionó mucho. Ismael se movía de una manera que se me antojaba tanto en mi personaje, bien podría ser él, bien podría ser yo. Abraham por su parte, después de cierta confianza, como suele suceder cada que nos vemos, hay un punto que comienza por tocar mi mano y aunque en otras ocasiones solemos llegar más lejos, esta vez ni uno ni otro estaba interesado, o tal vez tomó su distancia después de tantas veces que yo pinté mi raya con él, pero aun así siento que la atracción que sintió alguna vez por mí ya decayó. Ciertamente no me provoca impresión, por muchas razones Abraham no es mi tipo, ni de la manera de Miguel, ni de la manera de Gustavo, muy a su pesar, y ninguna de las cuales enlistaré en esta publicación. Esa noche regresé de madrugada a la ciudad y al día siguiente fui a trabajar sin haber dormido nada, pero lo que viví ese fin de semana, aunque no haya sido algo impactante en mi vida, fue justamente lo que necesitaba desde muchas semanas atrás.

Ese mismo fin de semana, después de haber dormido algo durante la tarde, había decidido terminar el libro que casi un mes atrás había comenzado, ese día debía o debía acabarlo porque ya había sido demasiado, tratándose de un libro de 200 páginas, estoy refiriéndome a El asesinato de Roger Ackroyd, de Agatha Christie. Después de todo, no me llamó mucho la atención, siendo que leí una de las mejores reseñas a un libro de Agatha Christie, en el que muchas mencionaban que el libro tenía uno de los desenlaces más impactantes de toda su autoría. Por primera vez, -cronológicamente- después de tres novelas publicadas, la narración del libro cambió a la perspectiva de un nuevo personaje, igualmente con una personalidad ideal para convertirse en un Watson, y creo que fue un buen cambio que ya se necesitaba en las novelas; creo que será difícil que la autora hubiese decidido escoger a Poirot como la perspectiva de la narración para alguna de sus novelas debido a que el detective constantemente tiene resuelto el misterio o el caso desde mediados de la novela y entrar en su mente sería un atajo para el lector al conseguir hallar al asesino o ladrón antes que terminase la novela, logrando tal vez un hastío irremediable. Dudo mucho que la autora haya decidido aplicar la fórmula de la narración con Poirot como perspectiva principal en alguna de sus novelas, pero habrá que ver, claro, los restantes 50 y más títulos que me faltan leer acerca del detective más característico de Christie para responder esta cuestión. Por lo pronto, El asesinato tiene, desde mi punto de vista, una calificación de cinco estrellas por el fresco y bien apuntado cambio de perspectiva narrativa y su sorprendente desenlace, que obviamente, me pasó por alto.

sábado, 4 de marzo de 2017

04 de marzo de 2017

04 de marzo de 2017

El día de hoy no sé qué siento, si tristeza, odio, depresión, una sensación naciente de mediocridad, impotencia. Y lo peor de todo es que no sé cómo desahogarme, no sé con quién. No me gusta el lugar en el que estoy. Me refiero a la posición de no saber qué hacer con mi vida. Quiero hacerlo todo pero no sé cómo empezar. Quiero dedicarle tiempo a mis aficiones, quiero terminar el proyecto de mi libro, busco residencias para escritores, pero como en todo, hay obstáculos y aunque puedo librarlos, llevan tiempo y eso me frustra, lo quiero todo, pero lo quiero ya, para terminarlo necesito tiempo, tiempo que no tengo al trabajar. Quiero irme de este lugar, quiero encontrar trabajo en otro estado y vivir ya por mi cuenta, pero sé que para ello debo evaluar todos los aspectos, que mucha parte del dinero que gastaré se destinará a vivir: casa, comida, transporte, que será dinero invertido en algo que quiero a final de cuentas; para ganar lo necesario para mudarme implica que deba continuar trabajando en lo mismo, pero ya no quiero trabajar en este rubro, quiero hacer lo que me gusta, lo que me llama la atención: quiero hacer arquitectura sustentable, quiero probar la arquitectura para discapacitados y para ello no tengo experiencia, no podría mudarme de ciudad trabajando de ello, tendría que regresar a Monterrey y esperar a que pueda crecer para poder moverme. Por otro lado, moverme a Monterrey (o en otra ciudad) y trabajar en lo mismo pero ganando más no importa, pero los puestos para los que quisiera aspirar implica que tenga conocimientos en software o experiencia que no tengo, por lo que terminan por no llamarme. Para ello, quiero estudiar algo, quiero saber más cosas, quiero tener capacitación en lo que deseo, quiero tomar cursos de programas en los que quiero especializarme, quiero tomar un curso para ser profesor de idiomas en el extranjero, quiero tomar maestrías en línea mientras encuentro y me preparo para lo que realmente quiero, eso implica dejar de ahorrar para invertir en mi educación, capacitación y conocimientos, no termina siendo algo malo, pero es algo en lo que debo decidir. Decidir si urge más que tome cursos de capacitación o empezar por documentar y certificar mi vida, quiero certificarme en inglés y francés, quiero tener toda mi papelería lista y certificada por si en algún momento surge la oportunidad de irme al extranjero. A la vez deseo tirar todo por la borda y alejarme de una vida llena de materialismo y dedicarme a lo que en el fondo del corazón deseo, pero no sé si estoy preparado para eso, eso sería tener una vida con demasiada incertidumbre y prácticamente vivir día a día sin saber nada del futuro ni tener nada seguro. Mientras estoy atrapado en un trabajo del que quiero escapar porque no tengo tiempo para mí mismo, que es en quien me estoy enfocado ahora. Me frustra estar atrapado en un lugar que no puedo desarrollarme, ni intelectual ni profesionalmente. Me gustaría estar estudiando mientras trabajo, estar viviendo por mi cuenta y no tener ya ningún grillete, en la paz de mis pensamientos por fin decidir qué es lo que quiero hacer con mi vida y darle un rumbo. Me desespero porque en el marco del momento más inestable de mi vida sigo teniendo problemas con mi actual profesión, ayer mismo me recordaron nuevamente que debería trabajar más en mi carácter, cuando yo creía ya tenerlo desarrollado; podrá haber sido una pendejada por lo que me lo dijeron, me digo yo mismo, pero a final de cuentas me pegó, porque me dieron en una herida sanada, utilizaron esa palabra y cortaron la cicatriz y volvió a sangrar, especialmente en un momento en el que todo me está saliendo mal y no puedo decidir mi vida. A veces envidio mucho a Miguel, tuvo el carácter para luchar por lo que quiere y ahora es feliz. Yo no sé lo que quiero y siento que si avanzo regresaré dos pasos atrás porque de las muchas cosas que quiero en mi vida, los caminos son todos diferentes y pienso que de una manera u otra, la decisión que tome me hará arrepentirme de no haberme decidido por la otra. Estoy cansado de pensar tanto, eso lo empeora todo, tengo miedo que de todo lo que estoy queriendo termine por desistir y acabe por hacer algo que ni siquiera tenía planeado y termine más frustrado aún. Necesito hablar con alguien, pero ahora me siento más solo que nunca.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Febrero - Pastel Chabela

Pastel Chabela - Tristeza
I. Febrero


INGREDIENTES:
   175 gramos de azúcar granulada de primera
   300 gramos de harina de primera, tamizada tres veces
   17 huevos
   Raspadura de un limón

   Manera de hacerse:

   En una cacerola se ponen cinco yemas de huevo, cuatro huevos enteros y el azúcar. Se baten hasta que la masa espesa y se le anexan dos huevos enteros más. Se sigue batiendo y cuando vuelve a espesar se le agregan dos huevos completos, repitiendo este paso hasta que se terminan de incorporar todos los huevos, de dos en dos.
Cuando se baten los dos últimos huevos, se incorpora la ralladura del limón; una vez ha espesado bastante la masa, se deja de batir y se le pone la harina tamizada, mezclándola poco a poco con una espátula de madera, hasta incorporarla toda. Por último se engrasa un molde con mantequilla, se espolvorea con harina y se le vacía la pasta. Se cuece en horno por treinta minutos.

RELLENO:
   150 gramos de pasta de chabacano
   150 gramos de azúcar granulada

   Manera de hacerse:
   Se ponen los chabacanos al fuego con muy poca agua, se dejan hervir y se pasan por un cedazo o tamiz; si no se tiene, se puede usar una vulgar coladera. Se pone esta pasta en una cacerola, se le agrega el azúcar y se pone al fuego sin dejar de moverla hasta que toma punto de mermelada. Se retira del fuego y se deja enfriar un poco antes de ponerla en la parte de en medio del pastel, que por supuesto se ha partido con anterioridad

CANTIDADES PARA EL FONDANT:
   800 gramos de azúcar granulado
   60 gotas de limón y el agua suficiente para que remoje el azúcar

   Manera de hacerse:
   Se ponen en una cacerola, el azúcar y el agua al fuego sin dejar de moverla, hasta que empieza a hervir. Se cuela en otra cacerola y se vuelve a poner al fuego agregándole el limón hasta que tome punto de bola floja, limpiando de vez en cuando los bordes de la cacerola con un lienzo húmedo para que la miel no se azucare; cuando ha tomado el punto anteriormente indicado se vacía en otra cacerola húmeda, se rocía por encima y se deja enfriar un poco.
   Después, con una espátula de madera, se bate hasta que empaniza. Para aplicarlo, se le pone una cucharada de leche y se vuelve a poner al fuego para que se deslíe, se pone después una gota de carmín y se cubre con él únicamente la parte superior del pastel.


El segundo reto del año pude cumplirlo a pocos días de acabar el mes y el enfoque cambiaría a repostería, de lo cual tengo poquísima experiencia. Dado que el domingo no tenía planes para salir de casa decidí que sería la ocasión perfecta para intentar hacerlo. No fue difícil, pero si fue muy laborioso batir todos los huevos y tamizar la harina. Durante la semana me habían regalado unas cuantas fresas por lo que decidí usarlas de cobertura. Para esta receta, en el libro, Tita se encontraba en una tristeza profunda por saber del matrimonio de su hermana con la persona a la que amaba. Con este comienzo la trama se desarrolla para poder ofrecer una historia, ya que sin el matrimonio de Pedro y Rosaura, difícilmente habría algo que contar. Al realizar el platillo Tita deja caer una lágrima de tristeza provocando una intoxicación en sus comensales y una extraña nostalgia hacia sus viejos y verdaderos amores, llevándose consigo la vida de su nana.

01 de marzo de 2017

01 de marzo de 2017

Hace una semana que no publico en el blog y pocos días más que no escribo nada. La verdad es que estoy perdiendo la magia, se me está pasando la ilusión de estar detrás de la pantalla contando sobre mí, pero sobre todo, ya no tengo la necesidad de estar haciéndolo, porque esto se había convertido en mi escape de la realidad, mostrar de una forma cómo funciona mi cabeza y cómo veo la vida, y trasladar a las letras mis sentimientos y emociones. Además, no estoy haciendo nada nuevo últimamente, incluso podría decir que estoy haciendo menos de lo normal, ya no leo, al igual que escribir, perdí la ilusión y se me pasó la novedad de leer página tras página. No quiere decir que lo vaya a dejar, la inspiración para leer y escribir volverá, pero puede ser en semanas o meses más adelante. Hace un par de semanas terminé mi primer dibujo en acuarela después de más de 7 años de no practicarlo, y quedé muy satisfecho con el resultado, pero para iniciar nuevos proyectos se necesitan horas de atención tras el papel y el color, algo que no obtengo al menos entre semana, lo cual hace que mi inspiración y ánimos decaigan, por lo que también llevo dos semanas que no toco mi material de dibujo. La serie de Los caballeros del zodiaco la dejé pendiente, habiendo terminado la saga de las doce casas, que era realmente mi prioridad, ya no me atrae mucho la continuación. En su lugar comencé la semana pasada a ver nuevamente la serie Alguien más, todo porque llevo más de dos semanas con la canción de inicio Qué nos va a pasar, y un domingo por la tarde después de escucharla dije “¿por qué no?”. Contándoselo a mis amigos definió mi etapa como una definitiva caída en depresión. Muy curioso, ver la serie después de haber vivido ciertas circunstancias, de pronto la veo con otros ojos, pero ciertamente sí, la hago con algo de recelo, nostalgia, tristeza y con el afán de identificarme nuevamente con los personajes. Verla me hace regresar al pasado, recordar los momentos con maravillosas personas que viví e hizo enfocarme un poco en lo bello que fueron los momentos porque no había un mañana, no pensaba que las cosas acabarían de alguna u otra forma, vivía el momento (de cierta manera). Todo ello me llevo a querer consolidar mi nostalgia abriendo el domingo pasado las presentaciones que hice en su momento para Gustavo y para Miguel. Tenía días que deseaba hacerlo, detener mi tiempo por una hora para dedicarlo a ver las presentaciones y recordar en imágenes los bellos momentos que viví con ambos y recordar el motivo por el que hice ambos proyectos, en su individual caso, horas de dedicación para cada diapositiva, cada foto, cada canción. Verlas fue un gran alivio. Primero vi la de Gustavo, un poco menos elaborada que la de Miguel, pero no por ello menos importante, cada foto tenía una historia detrás: restaurantes, museos, paisajes, ciudades de fondo, risas, besos, amaneceres y anocheceres; las canciones mientras se reproducía y las fotografías mientras pasaban transportaron un par de sonrisas a mi rostro. Pero no fue hasta que vi la presentación hice para Miguel que mis lágrimas brotaron acompañadas igualmente de unas cuantas sonrisas, me pregunté qué estarían haciendo los dos en esos momentos, no tan literal porque de por medio sabía que Miguel estaría aun durmiendo, pero me intrigaba mucho saber sus posiciones en la vida y qué planes tenían, qué tramaban, ver la presentación para Miguel me hizo preguntarme igualmente si así como yo, en algún momento les habrá dado curiosidad por ver nuevamente ese detalle que hice por ellos, si acaso la vieron y lágrimas o sonrisas improvisadas se dibujaron en sus rostros al recordarme. Se me antoja muy atractivo imaginarlos en sus casas, detrás de la computadora viendo lo que hice por ellos tiempo atrás, porque al menos desde mi perspectiva, son esa clase de detalles que dejan a uno marcado, que por más que sucediese en el pasado, siempre sería lindo volver un momento hacia atrás y tener esa bonita sensación de nostalgia. Esa noche dormí contento, feliz. Les entregué a ambos una importante parte de mí y me tengan o no en su corazón aún (no lo sé), creo haber dejado mi pequeña huella y con eso, sólo con eso me bastaría para ser plenamente feliz.

martes, 21 de febrero de 2017

#LittleVerses

¿Por qué no me puedo desapegar de ti?
¿Qué haces para seguirme cautivando?
Libérame de tu hechizo, vacía mis sentimientos, déjame sin alma.
Rómpeme el corazón cien veces a ver si así aprendo que no debo quererte más.
Ahórcame con la indiferencia, dispárame con mentiras, ahógame en el mar de tus traiciones.
Apuñálame en el corazón y no lo sanes más.
Permíteme ya no quererte, enséñame a ya no pensarte.

Termina por matarme que ya sin tu presencia mi corazón y mente agonizan de tanto extrañarte.

sábado, 18 de febrero de 2017

Dancing on my own - Robyn


I'm in the corner watching you kiss her
I'm right over here, why can't you see me 
I'm givin' it my all, but I'm not the girl you're takin' home


18 de febrero de 2017

18 de febrero de 2017
«¿Crees en la suerte?» es otra de las preguntas que me ha tocado contestar varias veces y debido a la experiencia no grata que tuve anoche (que explicaré más adelante y de la cual aún deseo se trate de un mal sueño ajeno a la realidad) voy a ahondar en este tema para responderla nuevamente, ahora a través de este medio. Mi respuesta suele ser la misma: «No, no creo en la suerte y si acaso creería en la suerte, sólo creería en la mala». Entrar en la suerte es entrar en un concepto muy ambiguo y complejo para mi mente, por ello es mucho más sencillo para mí no creer en ello. Si hablara del azar en la vida diría que todo está ya prescrito y que todo sucede por algo, no sería para mí hablar de suerte o coincidencias, para mí sería hablar del destino. Y además, como un tema adyacente, mencionaría que es más cierto pensar en el equilibrio de la vida (el ying y el yang, la simetría perfecta), de lo cual tengo algo que agregar: con el equilibrio me refiero no expresamente a tener buena o mala suerte, sino tener buenas o malas experiencias; dentro de mi filosofía si tuve una mala experiencia quiere decir que tendré una buena experiencia logrando un equilibrio y estabilidad, y por el contrario, si tuve una buena experiencia quiere decir que tendré una mala, con ello puede haber una sucesión de buenas o malas experiencias, puede ir un conjunto de malas experiencias una tras otra pero al final mi creencia o filosofía asegura que tendrá que haber al menos una que logre equilibrar la balanza; eso aplica también en cosas que pueda controlar, sí cometieron una falta contra mí y logra que yo tenga una mala experiencia (robo, engaño, traición) mi filosofía me pide que actúe y logre un equilibrio realizando una buena acción –dentro de mi concepto del bien y el mal, moralmente hablando-, pero por otro lado, si alguien hace el bien para conmigo debo continuarlo y compartirlo con otras personas, prohibido dañarlas. El destino es y seguirá siendo mi concepto del orden de la vida, la “suerte” y las “coincidencias” son parte del destino o una forma más de referirse a él. No tengo la capacidad suficiente para incluir el concepto de la suerte porque si el bien y el mal también son conceptos subjetivos, no me gusta pensar que una “fuerza” invisible influye directamente en mi andar sobre la vida, dándome éxitos o fracasos; contrario al destino, el cual ya está prescrito pero aun así yo puedo tomar libre albedrío sobre mi vida, tomar decisiones y decidir qué es lo que quiero y lo que no y de todas maneras ya está predicho, la suerte es parte de ese destino, ya está incluido pero si no lo puedo controlar no es asimilable para mí, las malas o buenas experiencias atribuidas a la suerte no son controlables (algo muy diferente son los juegos de azar en los cuales se incluye cierta estrategia mental y puede la suerte “ser controlada”), suceden y a partir de ello mi acción es equilibrar la balanza, siempre hacia el “bien”, pero la suerte implica esa fuerza incontrolable que de un momento a otro sucede, afectándome o ayudándome. Es más sencillo para mí decir que era parte de mi destino recibir una mala o buena experiencia que decir que tuve mala o buena suerte.

Anoche tuve una mala experiencia, debida a la “suerte”, y toda la situación se dio a raíz de una serie de situaciones que nos llevaron a mí y una compañera a caer en las redes de los juegos de azar. Ambos perdimos, jugamos a un ejercicio donde la estrategia mental no era una opción (tal vez un poco de destreza sí) y la fortuna se canalizó a través del lanzamiento de unas canicas y perdimos dinero. Al final del juego me deprimí, no porque perdí dinero, sino porque fallé a mis principios y jugué con el azar siendo algo incomprensible para mí aun. Tantas veces que “regañé” a mi mamá por acudir a casinos y yo me volví hacia eso que tanto le recriminé. El bolsillo no me dolió porque no arriesgué más de lo que debí, pero sí el orgullo, de haberme permitido jugar como un tonto y caer en el juego de la estafa, yo que valoro mucho la capacidad de la mente, me bloqueé y deje entrar a mis pensamientos la idea de la victoria “fácil” a través del juego, repito, faltando a mis principios. Me quedó como experiencia, prometo que en la vida me sucederá algo parecido, el bolsillo y el dinero que tenían otro destino planeado se recuperarán así como el trauma de “haber perdido” mis facultades mentales por un momento y dejarme llevar, haber caído por decisión propia y permitir que jugaran conmigo.

martes, 14 de febrero de 2017

13 de febrero de 2017

13 de febrero de 2017
Todos queremos a alguien

El día de ayer, como parte de esas cosas que el destino y la coincidencia pone en mi camino, acabé viendo una película de la cual no tenía muchas expectativas pero terminó siendo entrañable y con la que me identifiqué mucho, claro, todo dentro de mi pequeño universo. El día de ayer fue de descanso, no fue una semana desgastante pero los descansos en casa siempre son necesarios. Por la mañana comencé la tercera parte de la trilogía de Metroid: Metroid Prime 3 – Corruption, el cual ya había jugado anteriormente pero no terminé debido a fallas en el disco. Después de poco más de una hora (suele ser mi límite frente a la pantalla) dejé el juego e hice los labores del hogar que no había hecho en más de tres semanas. Sólo me enfoqué en mi habitación, había muchas cosas que no estaban en su lugar o estaban desordenadas, barrí, guardé ropa que el día anterior había lavado, acomodé sábanas y quité polvo de todos lados. Al acabar tomé un baño y me preparé para salir. Ya fuera anduve rancheando, andando por aquí y por allá en la ciudad, lugares que no había conocido hasta entonces, meramente zonas y calles por las que no había transitado, tomé algunas fotos de flores y fuentes dentro de algunas casas que me parecieron preciosos. Después llegué a mi destino, la única plaza (decente) de la ciudad era mi objetivo, ahí tenía planeado ir al cine y comer, esto último podía ser mientras veía la película porque realmente no sabía qué estaban exhibiendo y menos los horarios. Cincuenta sombras de Grey, Lego Batman, El Aro, La la land no me llamaron la atención, después de analizarlo un poco terminé por destacar Todos queremos a alguien, que pintaba ser una comedia mexicana al estilo de Nosotros los nobles gracias a que tenía en su portada a Karla Souza como protagonista, la Martha Higareda de nuestra época. No estoy menospreciando para nada Nosotros los nobles, la película me gustó y aunque no sea del todo mi agrado el nuevo enfoque del cine mexicano debido a que se valen del extranjero (más específicamente, Estados Unidos) para atraer espectadores, otros ejemplos: No se aceptan devoluciones, Me estás matando Susana, demás proyectos de Karla Souza, entre otros. Mi primer pensamiento fue que sería otra producción pseudo-hollywoodense pero entretenida, no la destacaría en otras circunstancias y sólo no acudiría a verla, pero comparándola con Cincuenta, El aro o Lego, churros, secuelas y sobre todo, opciones absurdas terminé por decidirme por Todos queremos a alguien. Había leído reseñas de La la, pero la verdad no estaba con ánimos de verla. Como sea, los horarios definirían cuál sería la función más próxima así que todo no estaba decidido. Todo se ajustó para que terminara viendo Todos queremos, que había comenzado cinco minutos antes, no tenía problemas con ello. Entré a la sala con la función que ya había comenzado y rápidamente me di cuenta que no me había equivocado, la película era una comedia y en esencia era un poco más de lo mismo que ya se ha visto últimamente en el cine mexicano, pero también me di cuenta que estaba viendo muchos temas que son muy familiares para mí. La historia fue la siguiente: Clara, una doctora ginecóloga que reside en Los Ángeles se prepara para la boda de sus padres (que al fin deciden casarse después de cuarenta años de relación) invita a un residente del hospital, Asher, para que la acompañe sin algún compromiso. En la boda se encuentra inesperadamente con su ex novio Daniel, a quien no veía desde hacía diez años tras su fuga sin aviso, razón por la cual la dejó marcada y difícilmente decide ella comenzar una relación por los miedos y fantasmas que le dejó Daniel. Diez años tras su ausencia ella lo ve y cuando cree que lo ha superado y ha madurado lo suficiente para no seguir queriéndolo, esa misma noche se derrumba y llora desconsoladamente. A raíz de ello pretende comenzar a utilizar a Asher como escudo y no caer rendida a los pies de Daniel, pero a la vez que inconscientemente empieza a encariñarse con Asher tampoco puede soltar del todo a Daniel y comienza a tener serios conflictos emocionales porque aún le carcomen los “porqués” tras la partida de Daniel y se pregunta si de verdad le importa Asher como no quiere admitir. Contra todo pronóstico, la cinta se sumergió en temas profundos sobre lo subjetivo que se convierte el amor para diferentes personas y dejó recalcadas en mi mente (y me imagino que en la de muchos que han vivido estas situaciones) muchas frases de las cuales destaco la siguiente: “Algunas personas nunca se van, pero dejan espacio para que entren otras”, frase que Asher le dice a Clara tras saber su situación con Daniel. Creo que muchos salimos identificados de alguna manera con la película, yo uno entre ellos, que vio la partida de Daniel como una metáfora de la partida de Miguel y mi conflicto emocional al seguir sintiendo por él. Creo que en gran parte de la película me vi en el lugar de Clara, enfrentando el pasado y lidiando con sentimientos y recuerdos de todo lo vivido y con la ligera esperanza en el fondo del corazón que las cosas podrían repetirse o continuarse, pero por otro lado se encuentra la oportunidad de comenzar de nuevo, dar vuelta a la página y hallar en otra persona la posibilidad de cerrar viejos círculos y ser feliz. En el marco de la festividad del amor y la amistad, veo la película y rememoro sentimientos arraigados y tengo aún fresco en la mente una discusión reciente que tuve con dos compañeros de trabajo, hablando específicamente del amor. Los tres teníamos puntos de vista diferente acerca del significado del amor, pero ninguno de nosotros estábamos equivocados, porque llegamos a la conclusión que el amor es tan subjetivo que cada uno tiene su propio significado, cada persona lo vive de diferente manera y para cada uno es nuestra verdad absoluta. Por eso creo que para mí es muy complicado encontrar a alguien con quien se tenga esa compatibilidad absoluta, porque si para mí una parte del amor es la monogamia, para la otra persona puede hacérsele fácil cometer infidelidad y aun así considerar que me ama incondicionalmente porque así son sus principios y su concepto del amor. Mientras que para mí una forma de darle la importancia debida al amor es por medio del matrimonio, para la otra persona puede que sea todo lo contrario. Y con estos ejemplos no quiero decir que encontrar el amor verdadero signifique que yo encuentre lo que busque, porque para la otra persona yo tendría algo que no le parezca y ahí deja de ser un amor perfecto; algo que yo he aprendido y he vivido a través de la experiencia, algo que es mi verdad absoluta y mi significado del amor es que todo ello se trata de ceder. Con Miguel lo aprendí muy bien y con Gustavo lo recalqué aún más, ceder es llegar a un equilibrio entre las diferencias que hay de dos personas, diferencias psicológicas como ideológicas y al final cuando se llegan a comunes acuerdos a través de las vivencias se puede lograr armonía y estabilidad y para mí esa es una parte importante del amor, porque a pesar de soñar con el amor perfecto, soy consciente que es muy complicado encontrarlo y todo amor debe construirse y trabajarse, para mí no hay amor a primera vista, el amor crece o decrece con el tiempo y son estos actos de ceder los que logran el equilibrio y armonía, enamoran y hacen que el amor crezca. Estoy consciente de cualquier posibilidad con cualquier persona, a veces la indicada puede aparecer de pronto o siempre pudo haber estado a mi lado y me conozco tan bien como para saber con quienes puedo lograr una chispa mutua, con quienes abrirme en mente y corazón y con quienes ni siquiera intentarlo. Para quienes me abro, aprendí que no hay garantías para nada, estar en una relación y estar uno o ambos enamorados no implica que será para siempre, porque nadie nos pertenecemos. Un día, sin previo aviso, uno de los dos puede irse.